¿Sabías que moverte por toda la Ciudad de la Habana es como hacer «un viaje en el tiempo»?  Te invitamos a dejar atrás los barrios de la Habana Vieja y Centro Habana y que compruebes conforme nos vamos moviendo viajamos desde la época colonial hasta la época moderna, llegamos al barrio del Vedado.

«A raíz de los continuos ataques de corsarios a la ciudad, los sitios con fácil el acceso y que se pudieran atacar desde el mar debían ser protegidos; por eso se dictó una orden del Cabildo de la época para que «la franja costera» de la ciudad (lo que es actual malecón) fuera un sitio totalmente vedado. Estaba prohibido vivir en esas tierras, hacer pastoreo de animales o construir caminos que facilitaran aún más el acceso a los piratas.»

«Cuando se proclamó la República, se abrió la veda a que se construyera en el lugar. El «nuevo barrio» comenzó a crecer y los primeros autorizados a vivir fueron antiguos mambises (altos mandos militares cubanos) que lucharon en la Guerra de Independencia. Fueron recompensados por el gobierno quién les permitió hacer negocios y construirse sus casas en esa zona. «

El Vedado actual es una zona repleta de edificios modernos, conforma el «skyline de la capital» como si fuera nuestro particular Manhattan. A medida que nos acercamos a éste municipio, los estilos arquitectónicos van variando: se vuelven eclécticos, vanguardistas, modernos.  

Durante la década de los años 50 se fabricaron por la zona de la Rampa los edificios más altos de la ciudad (y de toda Cuba) como son el López Serrano (primer edificio alto de la ciudad, inspirado en el Rockefeller Center de Nueva York), el Someillán  o el edificio de apartamentos Focsa (considerado una de las 7 maravillas de la ingeniería civil en Cuba, en su tiempo fue la estructura de «hormigón armado» más alta del mundo).

Desde cualquiera de éstos edificios se puede divisar una buena panorámica de la ciudad y del malecón. Cualquier cubano debe haber paseado «al menos una vez» por el Malecón Habanero, esta franja de acera en forma de «paseo marítimo» dividida por un alto muro que los separa y a su vez, le protege del mar.

«En 1901 se hizo el primer tramo del Malecón (500 m de longitud), se partió del Castillo de la Punta. Los siguientes gobiernos fueron ampliando cada vez más hasta que llegó a su punto final, en la desembocadura del río Almendares. El malecón en su trazado total conecta a varios municipios como son la Habana Vieja, Centro Habana y el Vedado.»

» Protege la ciudad de las grandes olas o penetraciones de mar (más en zonas bajas) que son comunes cuando hay frentes fríos o nortes, que vienen acompañados de fuertes vientos, intensas lluvias, oleajes y que no alcanzan la categoría de un huracán; en esa situación límite el malecón solo puede resistir, como todos los cubanos. «

Es toda una experiencia y aventura caminar por el Malecón Habanero. Ya sea haciéndole por tramos, en coche, en los «coco bicis» que abundan por la zona. En este sencillo paseo  te puede pasar prácticamente de todo.

«Puedes conocer gente de todo tipo desde vendedores o buscavidas (vendiendo puros, ron, artesanía local), jineteras (prostitutas), personas que se auto-ofrecen como «anfitriones» de la ciudad, «piropeadores» (si eres chica) que disparan sus ráfagas de piropos, innumerable variedad de músicos, poetas o locos, pescadores o cualquier «cubano» que te saque de tu paseo original y con su habilidad y poder de convencimiento te cambie definitivamente tus planes. Y algo que no debes dejar de hacer, disfrutar de una bonita puesta de sol.»

Al Vedado podemos acceder por múltiples vías, a través de «amplias avenidas y calles» que atraviesan éste municipio. Nosotros lo hacemos desde Centro Habana, el final de nuestro anterior paseo, tomamos por la calle San Lázaro que se inicia desde el Paseo del Prado y hasta la Universidad de la Habana.

Otra opción alternativa es hacerlo más corto, desde el Parque Antonio Maceo -donde esta la estatua ecuestre de este héroe mambí- y justo enfrente al hospital Hermanos Almejeiras (antiguo sede del Banco Nacional de Cuba).

La Universidad de La Habana es un recinto de edificios de estilo neo-clásico que conforman las facultades y en su centro, la famosa estatua del Alma Máter (figura femenina utilizada en muchas universidades y que significa «Madre nutricia, que alimenta de conocimientos»). Para llegar a ésta estatua y entrar al recinto universitario, se debe acceder a través de bonita y «gran escalinata».

«La Universidad de La Habana es la más antigua que hay en la isla. Fundada por unos frailes dominicos en 1728 por autorización «real y papal», de ahí su nombre Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana. Es una de las universidades más importantes del país,  declarada Monumento Nacional.»

«Por ésta han desfilado grandes personalidades cubanas que han sido figuras importantes de la historia de Cuba como grandes pensadores, líderes políticos o estudiantiles, científicos, etc. Intelectuales de la talla de Félix Varela (considerado uno de los fundadores de la nación cubana), líderes de la guerra independentista en Cuba como Carlos Manuel de Céspedes o líderes estudiantiles como José Antonio Echevarría. Encontramos catedráticos como Enrique José Varona o  académicos como Felipe Poey, entre muchos otros. «

Cerca del la Universidad de la Habana hay un museo singular, si Ud. no es cubano quizás no le aparezca en ninguna guía de turismo: el Museo Napoleónico. Es un pequeño museo ubicado en un antiguo palacete renacentista que conserva piezas que se dice pertenecieron al emperador (o el llamado «arte imperio») o que tuvieron alguna relación con éste. Es uno de los más importantes de su tipo en el mundo y consta de una extensa colección de objetos (al menos unas 7.000 piezas).

«Puede encontrar una muestra de objetos interesantes como son libros (en francés, inglés o español), muebles de la época, armamento y trajes militares, pinturas o esculturas, etc. Hay una importante colección de máscaras de bronce, de pistolas que se usaron en la batalla de Borondino o una recreación de cómo fue su dormitorio y estudio. «

A la salida del museo, teniendo de frente la Universidad y bajando por la calle L nos encontramos con la famosa calle 23. O como decimos 23 y L.

Estamos ya en el mismo centro neurálgico de la ciudad, lo que sería aquí en Madrid el mismísimo «km 0». En esta esquina está el Hotel Habana Libre, antes Habana Hilton.

«Cuando triunfó la Revolución, Fidel Castro se instaló en el hotel durante unos meses, concretamente en la planta 24. Es conocida la anécdota de una famosa espía alemana Marita Lorenz (ex-amante) que fue reclutada por la CIA con órdenes de matarlo pero ella fue incapaz de hacerlo. Como muchas más personas que lo probaron de múltiples maneras, Fidel Castro tiene el raro récord Guiness de ser la persona que «más intentos de asesinatos sin éxito» hay en la historia, en más de 600 ocasiones.»

En la parte más alta del hotel Habana Libre tiene una mirador donde puede contemplar la grandeza y belleza de la ciudad. Durante la noche se convierte en una discoteca nocturna (llamada Turquino). Buena música cubana, una botella de ron cubano y la mejor compañía,  dan por asegurada una fantástica noche.

Desde aquí arriba (justo hacia abajo) puede «ver la silueta» de la llamada Catedral del Helado o la heladería Coppelia, obra sin precedentes en Cuba y buen ejemplo de modernidad. En los terrenos de un antiguo hospital (Reina Mercedes) se construye esta estructura singular, obra de arte de arquitectura e ingeniaría en forma de una araña, construida integralmente con hormigón armado.

Constaba ya desde sus inicios con una extensa variedad en su carta de 26 sabores de helados y cada día lo visitan miles de personas porque es «todo un referente en la Habana».

«Se volvió a poner de moda la conocida heladería con la película «Fresa y chocolate» (1993, Tomás Gútierrez Alea, Juan Carlos Tabío) donde los protagonistas justo se conocen allí, tomando cada uno sus helados, uno fresa y el otro, chocolate. Es un bonito homenaje a este sitio tan querido por los habaneros y una película que os recomendamos (fue nominada a los Oscar como «Mejor película extranjera» de ese año).»

La calle 23 atraviesa todo el centro del barrio del Vedado va desde el malecón hasta el puente une con el municipio Playa (sobre el río Almendares). Se concentran en esta gran calle múltiples espacios de ocio de la capital: originales bares o nights clubs, restaurantes de todo tipo, cines, parques y anchas avenidas arboladas, teatros, casas de cultura, etc.

«Si vas Rampa arriba te mueves desde la calle L hasta que acaba en el Puente que pasa sobre el río Almendares. Recorres todo el extenso barrio del Vedado. 

Si vas en dirección opuesta es más corto, en apenas unas 5-6 calles vas en dirección Rampa abajo. En ese camino te encuentras oficinas, la sede de la TV Cubana, sitios donde comer o tomar algo, el centro de exposiciones Pabellón Cuba hasta que desembocas directamente en el malecón. Justo te encuentras otro sitio clásico de Cuba, el Hotel Nacional, uno de los sitios con mayor historia en la ciudad.»

En lo alto de un promontorio (denominado «loma de Taganana» con unas cuevas abajo del mismo nombre) se pueden divisar los jardines del Hotel Nacional. Ahí se conservan unos antiguos cañones que formaron parte del sistema defensivo de la ciudad llamado Batería de Santa Clara, declarado patrimonio de la Unesco en 1982 (junto con los otros torreones o fortalezas de la Habana Vieja, formaron parte de la defensa de la ciudad  ante los continuos ataques de piratas y corsarios).

El Hotel Nacional fue construido en los años 30 y tuvo «uno de los casinos más grandes» de la época, razón por la que era visitado por innumerables figuras conocidas, casi todas extranjeras.

«Si hay algo interesante con este hotel son sus huéspedes ilustres. Desde cantantes famosos como Frank Sinatra, Jorge Negrete, Agustín Lara;  actores de Hollywood como Ava Gardner, Johnny Weissmüller (Tarzán), Buster Keaton, Tyron Power, Errol Flyn, Marlon Brando, Rita Hayworth. Son famosas las anécdotas de «no permitir la entrada» a personas de color como fueron Josephine Baker y Nat King Cole.»

«Estuvieron escritores famosos de la talla de Rómulo Gallegos o el mismísimo Ernest Hemingway; toreros como Luis Miguel Dominguín, grandes personalidades como Winston Churchill o el Barón Bornemisza. La lista de famosos es interminable.»

«Pero quienes sin dudas le dieron más fama a este hotel fueron los capos de la mafia de la época: se que se reunieron en el año 1946. El hotel Nacional cerró sus puertas al público para este «gran concilio gansteril». Cada uno de los grandes jefes se repartieron sus casinos a controlar, Santos Traficante la del cabaret Sans Souci (en las afueras de la ciudad), Meyer Lansky la del Hotel Riviera o Lucky Luciano la del Nacional».  

Cerca de La Rampa podemos encontrar una oferta amplia de bares nocturnos -o night clubs- donde se puede bailar, oír música. Hay emblemáticos sitios de toda la vida como son «La Zorra y el Cuervo» toda una institución del jazz, «el cabaret Parisien» ubicado en el hotel Nacional, el «Pico Blanco«,«El Salón Rojo» del hotel Capri o el bar-restaurante «La Torre» situado en la última planta del Focsa, con las vistas nocturnas más bonitas  de toda La Habana.

 *  imágenes cedidas por L.E.N / ** cedidas por J.M.S 

Continuara –> Mis sitios favoritos de Ciudad Habana, el Vedado – Parte 2

 

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