Las ciudades del Valle del Noto en Sicilia nos ofrecen un paisaje peculiar dentro de la región de Ragusa. Nos adentramos en el interior de la isla en busca de unas «joyas arquitectónicas» muy particulares, las que constituyen del «barroco tardío».

Justo después del terrible  terremoto (1693) la zona quedó devastada. Dejo prácticamente en ruinas muchas de las ciudades y fue necesaria una completa reconstrucción de casi todas y de paso, una buena oportunidad para cambiarlas del todo, producto de este acontecimiento surgió el «barroco tardío»… o también llamado:

El barroco siciliano

Desde sus inicios fue concebido como una «mezcla de varios estilos» donde predominaba el barroco y algunas  influencias del neo clásico o el rococó. El proceso de diseño y construcción de las nuevas ciudades fue con absoluta libertad creativa,  mejores interpretaciones del clásico barroco y más que todo, decorativas, que dieron origen a este barroco siciliano.

En total son 7 las ciudades que comparten el denominado Val del Noto o Valle del Noto (ciudades como  Caltagirone, Ragusa, Noto, Módica, Militello, Val de Catania, Catania, Palazzolo, Scicli ) y que merecen completamente su fama; el honor de ser patrimonio de la Unesco (Valle del Noto) desde el año 2002.

¿Cuales son las peculiaridades de este barroco?
Pues fáciles de distinguir por ejemplo en sus balcones. Están repletos de ornamentaciones y simbologías locales. Vemos desde angelitos «puttis», representaciones de animales reales o imaginarios en acción, seres mitológicos y las típicas «caras grotescas» que parecen máscaras de carnaval y que se ven en muchos de los diseños de cerámica de la isla. 

Se rematan con una preciosas rejas (o balaustradas) de hierro forjado con su peculiar estilo y que se les llama «pecho de oca» quizás por la forma curva que tienen.

Estando en una isla de «origen y alta actividad volcánica» es normal que la materia prima de muchas de las edificaciones utilicen la «lava volcánica» y esto es algo único «de este peculiar barroco». Este juego de «luces y  sombras» ya apreciamos de donde proceden, de hecho, la ciudad de Catania es uno de los mejores ejemplo, se le llama decoración rústica. 

Recorrimos tres de éstas ciudades del Valle, todas  muy diferentes.

Noto, la ciudad que da nombre al Valle

Fue el primer contacto con este estilo. Ya desde que llegas a la ciudad «renovada» (antes del terremoto se llamaba Noto Antica) sabes que es bien distinta a lo que has visto. Cuenta con innumerables palacetes, iglesias, preciosas balconadas repletas de decoraciones, ornamentaciones, etc.

La ciudad tiene una calle principal que atraviesa toda la ciudad (Corso Vittorio Emanuele III) y encuentras plazas que van alternando con edificios religiosos, palacetes, jardines, etc. Se puede acceder desde «el arco entrada» a la ciudad que se llama Puerta Real.

La Catedral de San Nicolò  y justo enfrente el palacio Ducezio (sede del actual ayuntamiento), tambien encuentras los conventos de Salvatore o San Carlos Borromeo, el Teatro Vittorio Emanuele III. Casi todo muy cerca entre sí.

Uno de los sitios más animados es la Plaza de 16 mayo (con una escultura dedicada a Hércules que sobrevivió al terrible terremoto), la iglesia de San Domenico e incluso un parque donde hay un espacio para que toque una banda de música.

Cerca tiene una iglesia (Chiesa Santa Chiara) que nos invita a subir hasta lo alto del campanario para ver las fantásticas vistas panorámicas de la ciudad. Y lo publicita nada más y nada menos que una monja… claro de cartón-piedra.

Módica, un barroco con «sabor a chocolate»

Módica fue una ciudad que hicimos «de paso» pero nos quedamos con tres cosas imprescindibles para ver. Primero cuando llegas divisas en lo alto un castillo sobre una roca, por eso a veces se le llama la «Ciudad del Castillo» por la antigua torre que se conserva y su reloj (s XVIII).  Es el símbolo de la ciudad.

Hay una parte alta de la ciudad ó «Módica alta» donde esta por ejemplo la magnifica Catedral de San Giorgio, quién es patrón de la ciudad. Para llegar a la misma hay que pasar por una escalinata empinada, que está coronada con los 12 apóstoles dándote la bienvenida.

Por su parte «Módica bassa» es la parte baja con su calle principal -o como le dicen «la passeggiata» (Corso Umberto I) y muy cerca se encuentran más edificios, palacetes, iglesias (como por ejemplo San Pietro, que consta de un campanario de unos 49m de alto). Lo mejor es caminar esta calle para admirar todas sus construcciones, palacetes y fachadas.

Si eres fan nº 1 de la serie italiana de «Montalbano» (yo confieso que me encanta) aquí puedes encontrar algunos «platós naturales» de la serie (casas, plazas, etc) y que ademas están muy bien identificados con paneles informativos. Como por ejemplo en la casa del premio Nobel de Literatura, Salvatore Quasimodo.

Por último en Módica se hace muy buen chocolate, de la manera más tradicional posible. Encuentras varias tiendas con variedad de sabores, de aspecto «un poco menos refinado» que otros chocolates que hemos comido. Tienen muchísimos sabores y entre los mejores que probamos,  estaban de pistacho,  jengibre o licor de Marsala, típico licor de la zona de Trapani.

Ragusa, nuestra favorita

Después del terremoto, se reconstruyó la Ragusa, la de «arriba» como una ciudad moderna con amplias avenidas y la parte de «abajo», Ragusa Ibla,  se reconstruyó sobre lo que había quedado casi en ruinas, como una ciudad con trazado medieval.

Ragusa es de las ciudades del Valle del Noto sin dudas nuestra favorita. La vimos con mucho más tiempo, las vistas son desde la ciudad son impresionantes, el entorno es precioso y la cantidad de edificios, monumentos, iglesias, parques, palacios y otras joyas arquitectónicas no se abarcan en un solo día. Mejor recorrerla sin rumbo fijo por sus callejuelas.

Ejemplos de cosas que ver son:

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