Uno de los sitios más interesantes en la capital alemana fue el Museo de Pérgamo (Pergamonmuseum). Ubicado en la llamada Isla de los Museos que está sobre el río Spree donde están además otros importantes museos. Pueden encontrarse por ejemplo el Museo Nuevo y el Antiguo, la Galería Nacional Antigua, el Museo Bode y la Galería James Simon).

Ésta pequeñita isla se encuentra muy cerca del «centro más turístico de la ciudad» y todo este conjunto monumental fue denominado Patrimonio de la Unesco en el año 1.992.

El Museo de Pérgamo fue diseñado y construido «con las propias obras de arte» que la constituyen (cuyas dimensiones arquitectónicas son inmensas). Se le dió este nombre en honor al precioso Altar de Zeus de la ciudad turca de Pérgamo que es una de las joyas del museo. ¡Y os aseguramos que tiene muchas más!

Su particularidad radica en que reúne obras de civilizaciones lejanas y exóticas, en ninguno modo «germánicas» y desde luego,  asombran a cualquier visitante. Su colección es variada porque proviene de culturas tan diversas y destinos como son Roma, Grecia (principalmente del período helenístico), la antigua Mesopotamia y de Oriente Próximo.

Dentro de las grandísimas obras elegimos las que consideramos más relevantes… y las que más nos impresionaron.  Pérgamo se convierte  a su vez en «3 museos en 1» porque incluyen muestras del Museo Arte Islámico, una Colección de antigüedades clásicas y el Museo Antiguo Oriente Próximo.

Todas éstas reliquias, monumentos y objetos del museo son el resultado de intensas excavaciones realizadas por arqueólogos alemanes en países con tanto patrimonio histórico/cultural como son Siria, Turquía, Irak, Jordania.

No teniendo en cuenta que muchas de éstas obras de arte son enormes moles que fueron trasladados desde sus sitios originales casi «piedra a piedra», que han podido sobrevivir a lo largo de los años en unas condiciones desfavorables en sus lugares de origen y que desde luego deberían estar en sus «destinos originales». A pesar de todo eso,  al menos en este museo se las cuida, miman y se les confiere ese inmenso valor que tienen.

Nuestros favoritos de este excelente sitio son:

Altar de Zeus, antigua ciudad de Pérgamo

Obra monumental de grandes proporciones (35m ancho x 33m profundidad) que incluye una escalinata hacia el altar y representada por frisos con hasta 100 esculturas. Fue traída a Berlín en tiempos del imperio Otomano a finales del siglo XIX  y es uno de los mejores ejemplos del arte helenístico -o llamado «alejandrino». Es el alma -y nombre- de este museo.

Tiene muchísimos detalles en sus representaciones pero sobre todo hay «movimiento en sus figuras», ya sea en miradas, en acciones o la sensación de movimiento de sus protagonistas. Su tema central versa sobre la lucha entre dioses y gigantes ( llamado Gigantomaquia).

Una curiosidad: Todas las escenas representadas siguen una secuencia lógica para describir algún momento de «lucha» y para transmitir emociones (ó lo que se dice en griego -pathos). 

-> Por cierto, que sepáis que el altar estará cerrado al público por una completa restauración hasta el 2020.

La Puerta del Mercado romano de Mileto

Mileto fue una importante ciudad de comerciantes y una muestra de esta intensa actividad es esta preciosa puerta, más parecida a una fachada de un monumento. Justo estaba ubicada en la plaza central de la ciudad y fue construida en tiempos del emperador romano Adriano (siglo II d.C).

Fue reconstruida «in situ» dentro del propio museo, desde luego, una tarea titánica.

Fachada del palacio del Califa en Mushatta

Procedente de Amán, Jordania nos encontramos con la Fachada de Mushatta que perteneció a un palacio de los «omeyas» construido en el el siglo VIII.  Fue un regalo del sultán Abdul Hamid II al entonces emperador germano Guillermo II.

Puerta de Ishtar, Babilonia

Esta es nuestra obra favorita, la colorida y cromática Puerta de Ishtar y la Vía Procesional de Babilonia. Sus ruinas estaban en Irak, a unos 110 Km al sur de Bagdad.

Esta puerta era una de las «ocho» por las que habia que cruzar para llegar a la mítica ciudad de Babilonia y data de la época de Nabucodonosor II (siglo 6 aC)

Tiene unas dimensiones colosales (14m alto x 10m ancho),  incluyen detalles de animales como leones, dragones o toros; todos éstos como si estuvieran en su hábitat natural, con la sensación de realizar alguna acción concreta o dirigirse a algún sitio. Diseñados en relieve con «ladrillo vidriado policromo»  donde predomina los tonos de colores azul y dorado, es una autentica maravilla.

Copia del Código de Hammurabi

Las leyes de la sociedad debían ser talladas en piedra para ser consideradas eran inmutables o a nuestro parecer aquello de «tienes que grabártelo en piedra».

Este importante código de la sociedad (antigua Mesopotamia) es uno de esos documentos más importantes y antiguos (de las primeras leyes que se tengan noticias de la historia). Se basa en la aplicación de la ley del Talión, ese famoso «ojo por ojo, diente por diente». 

Se solían hacer varias copias y distribuirlos en varios puntos de la ciudad para que los ciudadanos estuvieran al tanto de las leyes y que se podrían «aplicar al ser juzgados». O aquello de … «no digas que no te avisé».

Con esta inusual y valiosa colección no solo se aprende de arte sino de historia, de civilizaciones antiguas, costumbres de otros pueblos, de luchas mitológicas y con tal «amalgama de estilos y visiones» parece que éste espacio podría no parece tener nunca fin.

A medida que vas avanzando por el museo vas viajando por la historia (ya sea un viaje al pasado, al futuro, al presente).

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