Fuimos a este viaje con nuestra maleta cargada de los más diversos tópicos sobre ésta isla:  ideas de lo que podríamos ver, historias contadas por otras personas y alguna que otra planificación de sitios que queríamos ver.

Preparamos el viaje con muchas ganas para vivirlo en primera persona, de disfrutar esa isla de la que nos habían hablado tanto, y justo cuando sigues cavilando, tu avión ya aterriza.

Situada en el extremo más oriental de las Islas Baleares, Menorca es una isla pequeña que se puede recorrer en coche en poco tiempo. Consta con una extensión de «punta a punta» de unos 50 km más o menos, tiene fama por ser considerada un «sitio exclusivo», casi inaccesible y no apta para todos los bolsillos. Se considera un paraíso natural con un sinfín de playas, rincones, lugares prácticamente casi vírgenes, inexplorados y mejor aún, bien conservados.

Que ver en la isla

Ofrece lo usual a sus visitantes, sus playas paradisíacas sacadas de una postal y kilómetros de rutas de senderismo, esta la alternativa al mar que es su ambiente rural con los denominados «llocs» (explotaciones agrícolas) o casas rurales que brindan una estancia más relajada aún, la experiencia de vivir como un auténtico «payés» (campesino) y el sitio perfecto donde podrá desconectar totalmente del exterior.

En la isla se puede disfrutar de una excelente gastronomía basada sobretodo en productos del mar (pescados de la zona, langostas en Fornells, las famosas calderetas, mariscos …) y todo de primera calidad, hay también productos de la tierra (el conocido queso de Mahón, la sobrasada, los tipos de butifarras, longanizas) o sus postres (coca bomba, carquinyolis, crespellets). Para todos los gustos.

Uno de los sitios más concurridos en la ciudad al norte, Fornells. Hay dos cosas imprescindibles que deben hacerse aquí: la práctica de cualquier deporte náutico -o la posibilidad de hacer buceo en la zona-, perfecta para ésta práctica; y segundo, comer una buena langosta… créame, de auténtico lujo. También puede visitar la Cueva de Na Polida, muy conocida.

Sobretodo en el norte, puede encontrar el espacio ideal para la práctica de deportes náuticos (velas, kayaks, buceo o paseos en barco) … y por toda el litoral se puede hacer rutas de senderismo – en la conocida Camí de Cavalls o también visitar sus parques naturales como el humedal de S’Albufera des Grau.

Le llaman la Isla de los 7 faros

Es muy conocida como la Isla de los Siete Faros, no deja de ser curioso que en cada uno de los puntos más importantes haya uno de éstos. Faros situados en lo más alto o escarpado del terreno, lugares privilegiados divisar barcos piratas, avisar de naufragios o simplemente contemplar bellas puestas de sol (el faro mejor situado para las puestas, sin dudas es el de Punta Natí, el más occidental).

Cerca de la ciudad de Ciutadella podemos encontrar dos faros, el Faro Sa Farola, situado en el mismo puerto y que fue el último faro habitado. Tomando rumbo sur desde la ciudad, encontramos el Faro de Cap d’Artrutx, pintado con rayas blancas y azules, es el punto más cercano a su faro homólogo en otra isla, en Mallorca (Faro de Capdepera).

Si tomamos rumbo norte encontramos dos faros más, el Faro de Cavallería con unas vistas impresionantes , por donde se encuentran calas vírgenes y hermosas y muy cerca de la ciudad de Fornells, donde se concentran la mayoría de la práctica de las actividades náuticas.

Siguiendo por el este nos topamos con nuestro faro favorito, el Faro de Favàritx. Situado en un sitio agreste, casi de aspecto lunar y con el viento de tramontana soplando con frecuencia, es sin dudas un lugar que no debe dejar de ver.

Cercano al puerto de Maó (o Mahón) nos quedan otros dos faros que completan nuestra extensa lista. Tenemos el Faro de Punta Sant Carles, pintado con bandas negras y blancas, que es el más antiguo de todos. Enfrente a la ciudad encontramos una pequeña isla y su faro del mismo nombre, el Faro de l’Illa de l’Aire, donde sólo se puede llegar por mar desde el puerto de Mahón; tiene una curiosidad este sitio, una bonita escalera de caracol de 165 peldaños.

Playas y calas

Después de nuestro intenso periplo por los faros, apetece disfrutar del protagonista de nuestro viaje, el mar. Podemos encontrar calitas escondidas, playas vírgenes, sitios escondidos … y que es uno de los motivos por los que vamos a veranear allí.

Puede encontrar playas de todo tipo, de arena blanca, incluso roja, con cantos rodados -o piedras conocidas como chinas-, roca… pero algo en común, agua cristalina y transparente de color azul. Aunque la variedad es grande podemos acercarnos al norte a bañarnos cualquiera de éstas, ya sea entre muchas otras, Cala Morell, Cala Algaiarens (también conocida como La Vall) ó Cala Pregonda.

Por el sur las playas son más blancas, aquí sopla menos el viento de tramontana y son las más apropiadas para ir en familia, para pasarse todo el día. Hay playas grandes, mejor accesibles y con más servicios como son Cala Galdana o Cala en Porter.

Por otro lado, si lo que quiere es ir a unas «calitas de ensueño», esas que son pequeñas o recónditas, es digno de pasar el día en algunas de las calas más fotografiadas: Calas Turqueta, Macarella, Macarelleta, Trebaluger o des Talaier. Nuestra recomendación es que madruguéis porque hay mucha gente que va.

Monumentos o talayouts

Si hay algo que distingue Menorca del resto de las Baleares es que ofrece una apasionante cultura prehistórica (Ruta de los talayots) que han sobrevivido a los años, prácticamente intactas. Hay una buena muestra de sitios arqueológicos que se utilizaban tiempos atrás para realizar ceremonias religiosas en santuarios, enterrar a nuestros antepasados en monumentos funerarios y buena muestra son las taulas, talayots, cuevas o navetas que hay repartidos por toda la isla.

Se dice que Menorca es el sitio con mayor número de restos arqueológicos de todo el Mediterráneo. Y merece la pena su visita, ya sean las Cales Coves (cuevas utilizadas como necrópolis en la Edad de Bronce); el yacimiento prehistórico de Talatí de Dalt, el mayor resto arqueológico de la isla; la conocida Torre d’ Gaumes ó el Poblado talayótico de Trepucó. Una de las más visitadas y famosas es la Naveta de Tudons (tumba colectiva en forma de barco invertido, que es todo un icono dentro de la isla).

Maó y alrededores

La capital Maó ó Mahón, es una ciudad que se puede visitar en un día, en su casco histórico puede recorrer sus calles (Isabel II, s’Arraval, Ses Moreres), sus plazas más concurridas (Plaza España, Príncipe, Miranda , de la Conquista) o admirar magníficas vistas desde lo más alto de la ciudad .

Se puede detener para disfrutar de sus edificaciones más interesantes (Ayuntamiento, Iglesia de Santa María, Convento de la Concepción, Iglesia de San Francisco, Mercado), realizar compras de productos típicos -o de ropa-.

Hay una parada obligada en la avenida del puerto, en la bodega Son Xoringuer con el fin de degustar la ginebra que se fabrica aquí, herencia de sus antepasados ingleses (el Gin Xoriguer) o dar un lindo paseo en barco por la bahía para admirar toda la zona.

Cerca de la ciudad de Maó hay varios sistemas defensivos (Fortaleza de La Mola, Fuerte de Marlborough) que nos recuerdan las batallas históricas entre españoles, británicos o franceses por hacerse cada uno con el control de la isla.

Ciudatella

Aunque la capital oficial sea Maó o Mahón, justo al lado contrario de la isla, no deje de ver la ciudad de Ciudatella, bonita entrada que hace las veces de «puerto natural» y donde se concentran la mayor parte de los mejores restaurantes de pescados o mariscos. Entre sus innumerables edificaciones podemos destacar: su barrio antiguo llena de callejuelas, plazas como la Plaza del Borne, Plaza de Alfonso III o la de Catedral.

Interior de la Isla

En el interior podemos visitar ciudades como Es Castell (antes denominada Georgetown, bajo la dominación inglesa y actualmente un lindo pueblecito marinero que tomó su nombre por la cercanía al Castillo de San Felipe).

En apenas unos 7 km encontramos la ciudad de Sant Lluís, que fue dominada por los franceses, comandados por el duque de Richelieu. Como curiosidad se cuenta que aquí probaron por primera vez la salsa ali-oli y les gustó tanto, que a su regreso a Francia le quitaron el ajo a la receta y le bautizaron como salsa Mahonesa (salsa de Mahón).

Si nos adentramos en el interior, encontramos ciudades como Alaior (tercera ciudad más importante y donde puede encontrar un buen queso de la zona), Ferreries (conocida por sus fábricas de calzado entre las cuales están las famosas «menorquinas») o pueblos como Es Migjorn Gran y Es Mercadal … lugares ideales para hacer una parada, conocer sus costumbres o sus fiestas típicas, mezclarse entre sus habitantes, hacer alguna ruta de senderismo, degustar su rica y variada gastronomía o visitar las playas más cercanas.

Merece la pena detenerse en un pueblo marinero llamado Binibèquer Vell, un sitio donde se ha creado un espacio único y singular de casitas marineras unidas entre sí, con un gusto muy refinado, un trazado irregular de pasillos y recovecos, que lo hacen un espacio acogedor y coqueto. Fue un premiado proyecto de arquitectura su concepción.

El punto más alto de la isla: Monte Toro

Justo en el centro de la isla, como mirándonos hacia cualquier lugar donde nos dirigimos, se alza el monte más alto y mirador natural por excelencia: el Monte Toro, aquí se encuentra el santuario de la Mare de Déu del Toro, la patrona de Menorca.

Cova Xoroi

Por última, si Ud. es de los que prefieren las fiestas o la vida nocturna hay un sitio muy especial y otra gran sorpresa: la Cova Xoroi, cueva natural que añade su atractivo con sus leyendas sobre una linda historia de amor, como una especie de leyenda, que lo recuerdan por toda la cueva si la recorre en su totalidad.

Este sitio es digno para disfrutar una bella puesta de sol a ritmo de «chill out» o ir de noche en plan discoteca. Es uno de esos sitios que no se olvidan.

Fiestas en la isla

Dentro de las fiestas más singulares que se celebran son las fiestas de San Juan donde se celebran los famosos «jaleos» (jinetes en caballos que desfilan entre la multitud, demostrando sus habilidades de doma, haciendo saltar a los caballos).

La bebida que se bebe en éstas fiestas es una mezcla de la ginebra con limonada, denominado «pomada».

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