Tomamos rumbo a Masai Mara. Nuestro guía nos dice que va a ser un viaje de unas 5 horas por carreteras muy sinuosas y en mal estado pero es nuestro chófer quién nos lo describe mejor, hay tramos de «baches infernales» (bumpy roads) durante unas 3 horas.

Empieza a ponerse feo el camino
Masai Mara lleva este nombre por sus habitantes más conocidos (los masáis) que comparten territorio entre Kenia y Tanzania y por su río -el Mara– que lo cruza.
El paisaje va variando, dejamos atrás el entorno del lago Nakuru y pasa de haber mucha vegetación a encontrar acacias en un ambiente casi desértico con muchísimo polvo, miles de baches y mucha menos población por estos lares. Se comienzan a ver poblaciones de las tribus que viven por aquí, de los masáis.

Tierra de pastores

Terreno irregular, nos acercamos a tierras de masáis

Toda la zona esta habitada por estas tribus
Reserva Nacional de Masai Mara
Durante el polvoriento paisaje vemos algunos ejemplares de acacias paraguas que pueden alcanzar hasta unos 25 m altura y dan la sensación de tener una mejor sombra. Son muy bonitas pero como había tanto bache imposible hacer una foto en condiciones.
Llegamos a un alto en el camino para descansar y tomar lo que será nuestro nuestro primer picnic del safari. Este consta normalmente de una caja que contiene pollo frito, huevo duro, un sandwich o empanadilla vegetal, zumo, galletas y agua.
Justo enfrente de donde comemos vemos un masai con su familia terminando de recoger el carbón que han hecho durante 5 días, cuyo destino final es la venta (son buenos ellos en los negocios). De hecho le regaló una «bolsa de carbón» recién horneado a nuestro cocinero.
Tras 5 horas de viaje llegamos por fin a nuestro campamento para pernoctar 2 días, estaba fuera del parque y muy cerca de un poblado de masáis.

Nuestro campamento, muy cerca de un poblado masai
Lo MEJOR del día
Ampliamos nuestro particular catálogo de animales con grandes cantidades de «2 grandes clásicos» de este parque: los ñus y cebras, ademas de ser muy buenos «compañeros de pradera». En la época que fuimos (Julio) la concentración de estos animales es precisamente en este parque; habían migrado hasta aquí desde el PN de Seregueti.

Muy bien llevados estas dos especies, los ñus y las cebras.

Otras compañeras guays, las jirafas
Aquí también quedó inaugurado poder ver nuestros primeros elefantes y completamos nuestro particular «Big Five». Era una familia de elefantes que estaban algo lejos del camino por donde íbamos en coche (como unos 400 m) y se veían muchas ramas destrozadas por el paso de éstos.
Vemos por el camino una lápida de recuerdo a una turista que incumplió las normas (iba a pie) y fue aplastada por uno de éstos «paquidermos». El rastro que deja una manada de elefantes es literalmente «por aquí ha pasado un elefante por una cacharrería», es un destrozo total.

Elefantes por el parque, la mayoría andaba en manada
Puedes ver en este parque -más y mejor- manadas de búfalos (suelen ser muy peligrosos pero no lo aparentan), divisas a lo lejos chacales, paseando unos avestruces (grises y negros; hembras y machos respectivamente) que van a su bola y como despreocupados del mundo, parece que no les interesan como «comida» a ninguno de los presentes.

Ejemplar de avestruz macho, de plumaje negro.
Somos testigos como una manada de leones y cachorros que van en busca de comida y un lugar donde reposar, van todos juntos como en «bloque» y cuando alguno se retrasa, al menos uno lo espera: son muy solidarios y familiares entre ellos.

¿Donde estará mi cachorro que se me ha perdido?

¡Que a gusto se está en el sol!

Yo si que aprovecho el tiempo…
Cobra sentido para nosotros esa palabra tan escuchada de «buitreo». Somos testigos de una pieza dejada por un león y como los buitres se van acercando poco a poco para comerse la carne que queda, entrar todos «a saco» y pelearse por el mejor cacho, todos a una. Un auténtico espectáculo.

«Buitreo» en su máximo nivel …
Lo más significativo y particular de este parque de Masai Mara en esta época del año es la enorme concentración de ñus y sus amigas, las cebras. Son famosas migraciones de ñus entre éste parque y Serengueti, ya sean por razones alimenticias o porque van a parir sus crías. Tuvimos la suerte aquí de presenciar algo parecido a un interminable «mar de ñus»
Los ñus son animales dóciles incluso hasta parecen un poco bobos, los ves a veces hasta juguetones y en general son muy tranquilos y pacíficos. Eran unos animales que no había conocido anteriormente. Se alimentan de pastos y son «blancos fáciles» de los grandes depredadores de la zona, sobre todo de los leones y los cocodrilos cuando cruzan el río Mara.

Vimos a un «ñu» herido … pobreee
Más animales que fuimos viendo…

¡¡¡Uyy que fea que soy!!! Cigueña Marabú

Antílope Topi … un poco culón

Las entrañables gacelas Thomson

Ejemplar macho de las gacelas
Para llegar hasta el río Mara hay que hacer un recorrido de unas 2 horas hasta el río. Allí es donde eres testigo de las migraciones de los ñus que cuando cruzan el río y que «son interceptados» por inmensos cocodrilos e hipopótamos que viven por esos lares. No era época de estos movimientos migratorios pero lo que si vimos aparte de estos fueron varias mangostas.

Río Mara, plagado de animales peligrosos como los hipos y cocodrilos

Hipos, parecen buenos pero las apariencias engañan

Mangosta cerca del río Mara

Otro fiero animal y enemigo número 1 de los «ñus», el cocodrilo

Dejamos Masai Mara… bye bye Kenia
Otro momento «bueno» no tiene nada que ver con animales sino con personas.
Conocemos a una pareja (Alvaro y Reyes) que iban con la misma agencia Udare -en otro coche y éste se había averiado-. Pasamos un día conjunto de safari y luego compartimos mesa y mantel en nuestro habitual «picnic» en medio de la sabana africana (aquí si que podíamos bajarnos del coche).

Picnic dentro del parque de Masai Mara … por ahí no merodeaba ningún animal
Lo PEOR del día
Se me hizo eterno el viaje de ida y vuelta para llegar al río Mara, son extensiones muy grandes, con apenas sombras de escasos árboles y se hace muy monótono el paisaje, en ocasiones los animales dejan de verse. Quizás lo más interesante fue ver de casualidad esta serpiente bajo un tronco seco.

Pedazo de serpiente …
Asimismo lo que antes era alucinante «por momentos aburre y se hace monótono» al ver tanta concentración de ñus, ñus, y + ñus, están por todas partes
Falta de agua en el alojamiento de regreso ese día del safari. Vienes cansado de polvo, suciedad y agotamiento del día. Hay una serie de cosas «mínimas» cosas que pides en un viaje y el agua corriente era uno de ellos. Por suerte fue solucionado.
Las tiendas de campaña (les llaman tipo banda) de este campamento era pequeñas para mi gusto y comodidad, apenas cabían 2 personas dentro de ésta. A partir de las 7 pm era noche cerrada y todo lo tenías que hacer con tus «frontales de luz».
Más fotos en este enlace de FLICKR
RESERVA NACIONAL DE MASAI MARA, KENIA
Próximo destino:
Conocemos por dentro la tribu de los masáis.
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