Es una ciudad costera de nuestro vecino país de Marruecos y que mira directamente al océano Atlántico. Tiene una ubicación privilegiada, un clima agradable durante todo el año y se encuentra tan solo a unos 46 km de la cercana ciudad de Tánger.
Asilah y Tánger fueron las dos ciudades que pudimos visitar en una corte escapada a Marruecos. Es como una primera toma de contacto con este país vecino para sumergirte en sus costumbres y tradiciones.
La elegimos por recomendaciones viajeras de amigos y bloggers. Hablaban de una ciudad con encanto, de un sitio con un bonito litoral y sus playas cercanas, su puerto (allí donde se suelen reunir los camellos) y una peculiar «medina encalada» que la verdad es que no se parece mucho a la de Tánger.

Vistas de la medina desde el puerto
Asilah es conocida dentro y fuera de su país no solo por su gran belleza, sus bondades turísticas de sol, playa y gastronomía sino porque cada año se celebra allí un conocido Festival de las Artes. Un evento que atrae por igual a turistas, viajeros, artistas, poetas, músicos, curiosos, etc.
Un poco de historia
Asilah (o también llamada Arcila) en sus inicios fue uno de los sitios donde recalaron primero los fenicios y luego los griegos. Años más tarde se convirtió en una importante colonia de Cártago que se llegó incluso a rebelar contra su yugo. En el siglo I A.C. la dominaron los romanos y más tarde, en el s. VII fue reconquistada por los árabes.
Pasado un buen tiempo la invadieron los portugueses (a quiénes se les debe su sistema actual de fortificaciones de la medina) y más adelante los españoles, cuando se unificaron ambos reinos. Después de innumerables conquistas, batallas, ocupaciones, cambio de dueños e incluso de bombardeos fue finalmente a parar a manos de sus habitantes actuales, los árabes, donde forma parte del actual gobierno, el Reino de Marruecos.
Una medina blanca que asoma al mar
La medina blanca es sin dudas lo más interesante y bonito de la ciudad. Como suele ocurrir con casi todas las ciudadelas de estos países. Son lugares donde sucede prácticamente toda la actividad y vida de sus habitantes.

El mar, uno de los protagonistas de la ciudad
Tampoco es la típica medina. Cierto que es una ciudad interior amurallada donde se vive cada día la cotidianidad del momento, con puertas de acceso al recinto … sin embargo algo la hace diferente. Está más organizada dentro de su trazado (a pesar que es irregular y te sientes como si estuvieras en un laberinto), las casas son de poca altura y se nota sobretodo los efectos del salitre que nos recuerda en todo momento su cercanía al mar.
Su principal encanto son sus paredes encaladas y a la vez, combinadas con pintadas o grafittis, tiendas con objetos de artesanías, agradables cafés al aire libre, incluso un haman para tanto hombres como mujeres.

Artesanías

Un haman en la misma medina
Algunos de los puntos más interesantes del recorrido por el interior de la medina son:
- Murallas – Recuerdo de los antiguos portugueses (Alfonso V de Portugal) y datan del s. XV.
- Torre Asilah, con vistas a un precioso parque (de nombre Tchikaya Otamssi) … y desde ahí entramos por su puerta de acceso principal (Bab Kasbah o Puerta del Mar) para tomar una de sus calles principales. Hay varias puertas de acceso como por ejemplo Bab Homar (Puerta Tierra).
- Si entras por Bab el Kasbah te encuentras con el Centro Hassan II, principal sitio de exposiciones arte y eventos culturales durante el Festival.
- Tuerces a la derecha y te encuentras con la Torre de Al-Kamra que significa «habitación» en árabe. Torre-vivienda de 3 pisos donde se dice vivió la hija del rey Emanuel de Portugal.
- Bordeas la medina por la muralla -ya con vistas al mar que rompe directamente en las rocas- y terminas en el Gran Palacio Raïssouni, antiguo palacio dedicado a ese famoso pirata, hoy sede del Palacio de Cultura.
- En la parte sureste de la medina desembocas a la Ave. Hassan II por la puerta Bab Homar y muy cerca de allí esta el Mercado de Ahfir

Torre de Al-Kamra

Acceso a la calle principal
Pero su protagonista absoluto es ese «arte efímero» que dura todo 1 año y que es una verdadera maravilla recorrerlos y admirarlos: eso que viste esta vez en tu visita solo quedara como un bonito recuerdo.
Nosotros no seguimos ninguna ruta, nos dejamos llevar por sus paredes pintadas, nos perdíamos y volvíamos sobre nuestros pasos. Es lo bonito de esta medina, te invita a jugar y a vivir ese …
Ambiente bohemio con sabor marroquí
Asilah es una ciudad donde se respiran aires de modernidad que encajan perfectamente con lo más tradicional. Cada año en el interior de la medina la vida cambia, se transforma, transmuta, fluye de otra manera.

Arte efímero 1
Todos sus grafittis coloridos, rompedores, juguetones y a veces indescifrables, son sustituidos por otros nuevos. Desde luego es un lugar que invita a respirar cultura, arte, aires alternativos. Y esto es lo más bonito de ésta ciudad, conviven en la más perfecta armonía lo antiguo con lo moderno y lo efímero con lo permanente.

Arte efímero 2

Arte efímero 3

Arte efímero 4
Cada año vienen artistas diferentes y nuevos que cambian el aspecto de la medina, les imprimen su arte y a la vez ofrecen una visión diferente a la del año anterior. Asilah es una ciudad que invita a que convivas solo y únicamente con tu presente. El poder del ahora.
Gastronomía tradicional y marinera
Todos los viajeros te recomendaran un sitio clásico para comer, el «Restaurante Océano Casa Pepe». Hay comida variada, mezcla entre comida tradicional marroquí y marinera con buenos productos del mar (pescados, mariscos) a precios asequibles, magnífica calidad y una frescura de producto garantizado. Probamos una deliciosa pastela (un hojaldre relleno, según los entendidos no es de pollo sino de paloma o pichón) , un rico pescado y algo de fritura variada.

Pastela de ¿pichón o paloma o pollo?

Pescado fresco

Fritura de pescados y mariscos
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ASILAH, UNA CIUDAD BOHEMIA Y TRADICIONAL
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