Hablamos hoy de la Ruta del Loira, una ruta particular y escenario de acontecimientos con nombres propios de reyes o reinas, personajes ilustres, fechas históricas y todos ambientados en ésta ruta de maravillosos castillos.

La Ruta del Loira (también conocido como «el jardín de Francia») incluye más de 40 castillos que pueden ser visitados en un trayecto que sigue el río Loira y sus afluentes (p.e Indre, Cher, Vienne, Maine, Loir). De gran valor histórico y cultural fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Ruta del Loira es una parte importante de la «historia de Francia». Hay una huella imborrable que dejaron los reyes de entonces, lugares y hechos donde se van mezclando con historias de lealtades y traiciones, vida palaciegas, intrigas, luchas de poder, escenarios de reinados, batallas, pactos.

En diferentes castillos de la Ruta hay un mosaico completo de cómo fue su manera particular de vida. Palpable en las decoraciones de sus estancias reales, en la organización de cocinas, amplios salones para recepciones reales o eventos importantes; incluso descubres puertas secretas, bellos jardines, pabellones de caza o miradores.

Pensábamos que la mayoría de los castillos eran fortalezas repletas de objetos preparados para una contienda bélica (con muchas armaduras, lanzas o armas defensivas) o miradores o atalayas para la continua vigilancia  (los típicos fosos con agua, puentes levadizos).

Sin embargo, los castillos del Loira le dan una vuelta de tuerca a este «tradicional» sistema de construcciones. Fueron adaptados para que tuvieran «otra función» mucho más social, de esparcimiento y ocio. Se diseñaron, adornaron y decoraron con refinamiento, buen gusto (como los franceses saben hacer) tanto «interiormente como exteriormente». 

Dejaban de ser castillos o fortalezas para convertirse en «châteus» o  palacios, palacetes o residencias señoriales que puedes encontrarte más en las afueras y lejos de las grandes urbes, en entornos más rurales y rodeados de naturaleza.

Los diseños de los «châteus» tienen un aspecto exterior más llamativo con formas más redondeadas y torres, sus interiores mucho más cómodos para vivir, ornamentados y más lujo. Los reyes hicieron «gala» de sus grandes riquezas y poderío más absoluto, no en balde … hacían lo que querían.

La huella de Francisco I, el rey del Renacimiento

De todas las historias oídas a través de estas paredes quizás la que más no llamó la atención fue la del monarca Francisco I, considerado el rey más importante del período del «Renacimiento francés» (s. XV–XVI).

Gracias a Francisco I el valle del Loira empezó a «despuntar». Se convirtió en «destino de moda para reyes y sus cortes», se promovió el desarrollo de las artes decorativas, de la arquitectura. Se hicieron algunas innovaciones constructivas; fue toda una «renovación» entonces cuyo legado hoy día es esta magnífica y completa ruta.

Francisco I vivió primero en la corte de Amboise y más tarde se mudó al castillo de Blois. Cuando fue proclamado Rey de Francia le interesó el humanismo («movimiento intelectual, filosófico y cultural que surgió en Europa y que estaba muy ligado con el Renacimiento italiano»). Quizás por eso se nota su pasión por el renacimiento.

Precisamente de Italia hizo venir a su corte a muchos ilustres hombres entre ellos al célebre inventor, pintor y polifacético Leonardo Da Vinci, quien vivió sus últimos años bajo su protección y afecto reales.

Recorrido por los castillos

Con nuevos aires de modernidad soplando con fuerza en Europa muchos de los castillos del Loira fueron renovados. Aquí nos referiremos solo a los que visitamos: Blois, Azay-le-Rideau, Amboise, Clos Lucé, Chenonceau, Chaumont y Chambord.

Las visitas a los castillos empiezan siempre con la presencia de  escudos en fachadas o entradas. Por ejemplo se repiten de los distintos «reinados» y «principales casas» de Francia las imágenes de emblemas reales que muchos adoptaron, como por ejemplo la conocida y preciosa Flor de Lis. 

En el castillo de Blois hay varios ejemplos de simbología utilizada por sus reyes, aquí vivieron nada más y nada menos que 7 reyes y 11 reinas.  En la entrada al palacio nos recibe el escudo de un simpático puerco espín que fue elegido por el rey Luis XII durante su reinado.

En el caso del rey Francisco I su elección fue una salamandra (que a mi más bien me parece un pequeño «dragoncito»). Éstos símbolos también se incluyen en todo tipo de ornamentación real tales como chimeneas, suelos, mobiliario, etc.

Hay muchas novedades arquitectónicas en los nuevos castillos o en la reforma de los existentes. Se hicieron diseños novedosos (Chambord) como es el caso del diseño de una escalera con una estructura singular (de doble hélice que recuerda a una cadena del ADN humano), se añadieron edificios anexos a castillos con otros estilos (p.e ala Francisco I en Blois), se adaptaron espacios singulares (cuadras reales en Chaumont) o ampliaciones del castillo como por ejemplo una galería de dos plantas sobre el río (Chenonceau).

Se diseñaron jardines reales (Villandry) con estructuras muy planificadas o se desarrollaron preciosas decoraciones interiores en mobiliario, ornamentos (el castillo más bonito para nuestro gusto, Cheverny).

En Blois además «se paga un 2×1» porque tienen un anexo especial dentro del castillo que es actualmente un Museo de Bellas Artes, uno de los más completos del país. En todo el recorrido por este particular castillo no solo encuentras cuadros maravillosos sino salones repletos de retratos, tapices, habitaciones reales, esculturas, trabajos de orfebrería, salones, etc.

Sin dudas la huella del paso de los monarcas de Francia le dió más valor a esta zona confiriendole el aspecto y la importancia que tiene hoy día: una «Ruta de Reyes» bastante singular, con mucho para ver y creo que única de su tipo en el mundo.

Nuestra propuesta para la visita son unos 4-5 días. Es bastante ajustado porque hay que desplazarse (coche, bici, tren o bus),  tener en cuenta los horarios de visitas a los castillos (según la época del año y casi todos cierran sobre las 17 horas) y al menos en cada visita debes estar mínimo unas 1-2 horas.

Nuestra propuesta de castillos imprescindibles son:

– Castillo y jardines en VILLANDRY . Un sitio muy bonito, muy bien decorado por dentro y con el plus de sus maravillosos jardines.
– La casa de Leonardo Da Vinci, CLOS LUCÉ (Amboise). Si quiere ver el universo de Leonardo Da Vinci, sus maquetas, inventos y como vivió sus últimos días aquí, es el lugar perfecto.
– El Castillo «de las damas» en CHENONCEAU. Un sitio con muchas historias interesantes sobretodo por las «reinas» que gobernaron el castillo: Diana de Poitiers, Catalina de Médicis o Señora Dupin.
– Artes decorativas y la huella de Tin Tin en Castillo  de CHEVERNY. El más bello en artes decorativas que sirvió de inspiración para crear el castillo en las aventuras de Tin Tin.
– CHAMBORD, un castillo sueño de Francisco I hecho realidad. El castillo más espectacular de los visitados, con un diseño rompedor, diferente.
– SULLY-SUR-LOIRE, ejemplo de un castillo medieval.

Hay muchos otros más pero hay que contar con tiempo para visitarlos. También os recomendamos que conozcáis las siguientes ciudades que están de paso por todos estos castillos.

– TOURS – Ciudad medieval preciosa con casas entramadas y a la vez un centro muy moderno. La catedral en su interior es espectacular.

– BLOIS – Preciosa ciudad con este castillo muy interesante. Tienen un mercadillo de alimentación, productos típicos, ropas que es muy animado.

– AMBOISE  – Ciudad con un centro histórico muy bonito.

– ORLEANS – Importante ciudad que vio nacer a la gran Juana de Arco y que se merece un tiempo.

Todas éstas ciudades son asequibles, fáciles de recorrer, con muy buena gastronomía, edificios históricos y mucha historia detrás, muy cerca del río que le da vida la zona, el gran río Loira.

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