Bergen es llamada la ciudad de las siete colinas (una bonita inspiración del dramaturgo Ludvig Holberg para compararse con las homónimas colinas «de Roma»). Todas éstas se pueden divisar desde lo alto de la ciudad, por ejemplo desde el mirador del monte Fløien.

Desde 1979 el barrio antiguo del muelle de Bryggen fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco así que con esta «presentación de lujo» es normal que cualquier viajero quiera visitarle. Por su ubicación está considerado la «puerta de entrada» a los fiordos, considerados uno de los «destinos estrellas» del país.

Breve historia de la ciudad

Fundada por el rey vikingo Olaf Kyrre en 1070 se convirtió en capital de Noruega allá por el siglo XIII. Su renombre e importancia la adquirió porque fue uno de los «4 kontors» (base de las operaciones comerciales dentro de Europa y Escandinavia) y escogido para ese fin por la Liga Hanseática. Se convirtió en uno de los mayores comerciantes sobretodo del «bacalao seco» y la época de mayor esplendor fue entre los siglos XIV-XVI.

Bryggen era el precisamente barrio de esos comerciantes y gremios que pertenecían a la Liga. Los miembros originales fueron ciudadanos frisios (parte de los países bajos y del norte de Alemania) y alemanes. La Liga  se encargaba de conseguir las mejores condiciones y privilegios comerciales para sus miembros o gremios (llamados «hansa», como se pronunciaba en alemán).

Podemos visitar «parte de su historia» en  el Museo Hanseático ubicado en una de esas casas de madera del muelle y donde se reproduce lo fue un almacén, una oficina con papeles, registros, libros de cuentas, etc. En otra parte de la casa hay un espacio donde se situaban los dormitorios para que se instalaran algunos de sus miembros sobre todo, los que se iniciaban en el negocio. La casa del museo fue quemada por las llamas en 1702 y posteriormente reconstruido, como otras tantas.

Sin embargo la ciudad de Bergen no se circusncribe solamente a este barrio. Desde su mirador (Monte Fløien) se comprueba cuán grande, moderna, funcional es y cómo ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

Bergen está situada en una región del país donde prácticamente llueve todos los días del año (en realidad la noticia es precisamente «cuando no llueve»). Tiene una personalidad propia, resulta muy agradable al visitante, cuenta con muchas atracciones y sitios  para ver y su añadido, una belleza sin igual, combina a la perfección la unión de la naturaleza, cultura y vida urbana.

Bryggen: el muelle hanseático

Está situado al norte de la bahía de Vågen. El muelle consta de una concentración de casas de madera con un estilo particular y único de tiempos medievales, con un amplio espectro cromático (tienen colores vivos y muy alegres) que se «alinean unos con otras» para conformar uno de los «asentamientos medievales» más famosos de Noruega… y casi del mundo. Hoy en día, solo se conservan unas 62 casas de este tipo.

Aunque muchas de éstas fueron devastados por el fuego y luego reconstruidos, así que pasear por éstas y descubrir sus rincones es como «hacer un viaje en el tiempo». Más que esas preciosas fachadas -que hoy dia son comercios y que es el principal atractivo de la ciudad-, nos parece más interesante lo que encierra su interior, esa trastienda que era donde se comerciaba, se tomaban las decisiones, se movían las transacciones. Entre estos estrechos pasajes -entre casas y casas- repletos de escaleras y puertas es donde se vive una auténtica experiencia.

Monte Fløien

Si has tomado el primer contacto de la ciudad que mejor manera de conocerla a fondo viéndola desde el mirador del monte Fløien. Así te harás una idea de las dimensiones reales de la ciudad.

Muy cerca del Bryggen se encuentra «la entrada» para tomar el moderno funicular de Fløibanen. Inaugurado desde hace 80 años es el mejor  sitio donde se puede ver las 6 colinas (+ 1 que es el propio monte), toda la bahía, la extensa ciudad y con buena visibilidad, algo lejos los fiordos.

Arriba hay un antiguo restaurante (Fløien Folkerestaurant), una tienda de souvenirs, un espacio para juegos para niños y el inicio de algunas rutas de senderismo por esta zona. Ya bajando nos encontramos con una muestra fotográfica y muy nostálgica de la historia de este antiguo funicular.

Mercado del Pescado

¿Puede un mercado de pescado ser una atracción turística más? Pues en este caso, si que lo es. Quizás de los más fotografiados,

Los productos que vende aquí son únicos, diferentes, autóctonos: encontramos desde caviar, salmón noruego al natural o ahumado con hierbas -las de eneldo son los más exquisitas-, carne de ballena (según cuentan los pescan de manera controlada), salamis o salchichones hechos de animales de la zona como renos, alces, ballenas o piezas únicas de la carne de los cangrejos reales, que cuentan con unas dimensiones enormes.

Es tal la calidad de sus productos y su popularidad que es imposible irse de ésta ciudad sin haber pasado por aquí y degustado alguno de sus productos. Preparaos vuestros bolsillos… porque barato no es.

Por el centro de la ciudad

Una de mis pasiones cuando visito una ciudad es callejear sin rumbo fijo y dejarme llevar. Esto lo hice por le centro histórico de Bergen: pasear por calle antiguas, callejones, múltiples recovecos… apreciar sus bonitos casas de madera, sus locales comerciales (allí lo típico para comprar son los graciosos trolls, jerséis de lana -para el duro invierno de allí- o bolsos hechos de reno).

También hay coquetos cafés, bonitos parques con lago (p.e el Lille Lungegårdsvann).  Y por otro lado, nos topamos con muchísimos espacios alternativos, con grafitties.

Visita a los fiordos

Ya que estás por esta zona «abre esa puerta que tienes delante y adentrate» y no dejes de conocer los fiordos. Desde la ciudad se organizan excursiones (ya sea por mar o por tierra) y también se pueden hacer por tu propia cuenta. Desde aquí podemos visitas uno de los fiordos más largos del país, el Sognefjorden, y por el sur encontramos el Hardangerfjorden.

Que más se puede decir de un sitio que te ha enamorado para siempre, pues simplemente, invitaros a verlo.

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BERGEN, LA PUERTA DE ENTRADA A LOS FIORDOS

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