Dentro de las visitas ineludibles en su viaje a la ciudad de Nueva York hay que dejar una mañana para visitar su más emblemático símbolo, nos referimos a la Estatua de la Libertad, situada en Liberty Island al otro lado de Manhattan, justo donde termina su curso el río Hudson.
Se puede llegar a la isla tomando el ferry en la zona conocida de Battery Park (zona del distrito Financiero). El billete también incluye una interesante visita a la Isla Ellis, la isla donde llegaba la mayor parte de los inmigrantes al país.
ISLA LIBERTY
Una pequeña isla alberga la estatua, regalo del gobierno francés a los Estados Unidos y réplica de una original que se quedó en París (tuve la ocasión de verla). Inaugurada en el año 1886 con motivo del centenario de la Declaración de Independencia de los EEUU, se dice que en su diseño también intervino el conocido arquitecto Gustave Eiffel.
La estatua fue patentada como: «Una estatua que representa la «Libertad que ilumina el mundo» … y consiste, …, en una figura femenina cubierta, con un brazo alzado, aguantando una antorcha, y mientras el otro sostiene una placa inscrita, y tiene sobre la cabeza una diadema, …»
La estatua por su importancia tanto dentro como fuera del país fue declarada monumento nacional (EEUU) y en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Todo el conjunto -desde la base hasta la antorcha- tiene una altura total de unos 93 metros.
Dicha estatua era de las primeras imágenes que se quedaban en la retina «de los miles de inmigrantes» procedentes de Europa que en sus largas travesías por el Atlántico y como no, la primera visión de haber llegado a buen puerto, a la famosa «tierra de oportunidades»… no era ni más ni menos que representado por una figura femenina enarbolando una antorcha -como una luz de esperanza-.
Una vez que Ud. ha llegado a la isla puede pasearla o darse una vuelta, ver sus jardines, acceder al interior de la estatua (consultar antes horarios, precios antes de ir y reserve con antelación) o comprobar las maravillosas vistas de Manhattan que se ven desde allí. Por mucho que os lo hayan contado o las veces que lo hayáis visto en películas, merece la pena estar cerca de esta obra colosal.

Perfecto mirador al otro de la isla de Manhattan
ISLA ELLIS
El siguiente punto de nuestro recorrido en el ferry es una cita con la historia de la emigración de Estados Unidos, un museo que atesora miles de historias y recuerdos de los inmigrantes que por allí pasaron; si amigos, nos vamos a la Isla Ellis.
Provenían de tantos sitios de Europa (p.e de Gran Bretaña, Irlanda, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia, países del este y de todas partes del mundo). Se estima hasta 1954 pasaron unos 12 millones de personas.
Dentro del museo nos podemos encontrar innumerables fotografías, recuerdos, vídeos o pantallas interactivas, exposiciones temporales de todas las personas que pasaron por allí, incluidos los propios inmigrantes, miembros de las tripulaciones, etc.
En cada barco que llegaba a puerto incluía una inspección, que era una especie de «protocolo de acogida» que tenía en cuenta el tipo de personas que llegaban, su estado de salud y si tenían o no papeles en regla. Si los papeles de los inmigrantes estaban en orden, su estado de salud era bueno, el tiempo de inspección eran de 3-5 horas máximo. En caso que no fuera así, se quedaban temporalmente allí.
Como venían tantas personas a la vez, los médicos e inspectores idearon un sistema rápido de inspección física denominado los «6 segundos exámenes físicos», que era justo el tiempo (6 segundos) que podían dedicarle a observar a una persona en busca de problemas físicos o mentales.
Se iban agrupando aquellos por dolencias comunes, problemas físicos o incluso mentales y si se encontraba algo, se les marcaba «con una tiza» en la ropa con un código (ver foto con detalles) para un examen posterior más a fondo.
Se dice que solo fueron excluidos de entrar al país solo el 2% de todas las personas que allí llegaron. Ya fuera por problemas de enfermedades graves (contagiosas o peligrosas) que pudieran ser un peligro para la salud pública; o por tener problemas legales, penales o de otra índole, que pudieran ser causar más problemas en el país de acogida. A estos últimos le llamaron «los deportados».
Después de la Primera Guerra Mundial se supone que todas las personas que emigraban a los EEUU debían llegar con los papeles y visados en regla. Después de ese período, las únicas personas que eran recluidas en el centro eran los sin papeles, refugiados de guerra o personas desplazadas.
No cabe duda que EEUU es un país de inmigrantes, personas que acudieron a este país en busca de un futuro o huyendo de guerras. No todos lo consiguieron pero la inmensa mayoría si. Queda en el recuerdo un inmenso muro (llamado el «Muro del Honor») con los nombres de unas 500.000 personas que por allí pasaron. Se dice que la mitad de la población en este país proceden de esas personas que buscaban una vida mejor, una tierra que les dieran nuevas oportunidades.
Os dejamos algunas fotos originales de los inmigrantes que llegaron allí.
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