Sirince es un pueblo de montaña que se encuentra a unos 8 kms de la ciudad de Selcuk, en la provincia de Esmirna.
La carretera para llegar a lo alto -donde está el pueblo- es sinuosa y repleta de vegetación. Destacan los olivares y las vides, que son sus productos más apreciados.
El origen del nombre del pueblo
Según Wikipedia:
El pueblo fue asentado por esclavos griegos liberados que llamaron al pueblo Çirkince (significa «feo» en turco) para disuadir a otros de seguirlos. El nombre del pueblo fue cambiado a Mirirince (que significa «Agradable») en 1926 por el gobernador de la provincia de Esmirna.
Vive despacio, disfruta de la vida
Si quieres pasear por un un lugar tanquilo, sin ninguna prisa o como en nuestro caso, hacer una «pausa» en los ajetreado viaje, este pueblo es perfecto. La opción es visitar un sitio tranquilo donde se respira mucha calma y relax (claro … hasta que llegan los buses con turistas) … y donde hasta los gatos te invitan a su particular «fiesta de no hacer absolutamente nada». Remolonear en su sentido más amplio.
Relax y paz en el pueblo
¿Sangría por tierras turcas?
Nunca dejaremos de asombrarnos con lo que vemos en los viajes.
No sabemos a ciencia cierta si este brebaje rojo sigue la misma receta de una de nuestras bebidas más conocidas en España, pero la vimos en algunos bares del pueblo; aunque no llegamos a testarla.
Y también abundaban comercios con estos «grifos» que manaban cual fuente interminable, unos licores oscuros (no sabemos si con alcohol) de algo parecido a cereza y otros frutos que se suelen cultivar por estos lares.
Que podéis ver en el pueblo
Sirince es conocida por su producción de vino. Hay muchas tiendas donde puedes hacer catas de los vinos (hay bastante variedad) y se venden también licores hechos de frutos.
Hay un mercadillo en el pueblo -algo laberíntico- donde puedes encontrar muchas tiendas con souvenirs, cerámicas, productos de cosmética; también de aquí es típico el encaje, bordados y crochet hechos a mano. La variedad de sitios y productos es bastante amplia.
El pueblo se recorre rápido. Puedes coger cualquiera de sus empedradas calles e ir subiendo por sus cuestas para apreciar las casas del pueblo, llevarte una idea de como viven sus locales, fijarte en los detalles, disfrutar con los perros y gatos de la tranquilidad del lugar o subir hasta lo alto del pueblo para admirar los paisajes.
Encontramos además 2 iglesias y 1 mezquita dentro del pueblo. Y muchas banderas turcas ondeando con la figura de su héroe nacional.
Café para 8, por favor
Si quieres tomar auténtico café turco hecho lentamente, que se toma alrededor de una mesa rellena con arena que se calienta en la parte inferior, estas en el sitio adecuado. Aquí no hay ninguna prisa.
Y por último os mostramos más detalles de nuestro agradable paseo «very slow» por el pueblo. Fuimos muy tempranito en la mañana y prácticamente estábamos solos. Justo cuando nos íbamos ya empezaban a llegar la mayoría de los turistas en los aurocares.
Detalles bonitosBonitos periquitos
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