1) Subir a un volcán activo, Etna, Sicilia (Italia)
Da un poco de «yuyu» subir hasta este paisaje alucinante, casi lunar. Si tienes suerte y el «volcán bueno» como le llaman en Sicilia no se despierta, es una experiencia de 10.

Volcán Etna
2) Ir literalmente al «ombligo» del mundo, Delfos (Grecia)
Venían los griegos de todas partes del país a que la pitonisa más famosa (y con pocos fallos) les leyera el oráculo. Un sitio que está situado entre montañas, un pueblo tranquilo y encima, un museo arqueológico de los mejores del mundo.
3) Navegar hasta una isla repleta de colores, Burano, islas de Venecia (Italia)
Ir a una islita tan mona y repleta de rincones para fotografiar, si que merece una parada. Lo malo, la cantidad de gente por metro cuadrado.

Estampa típica de Burano

Lo mejor, su sencillez y colorido
Si quieres complementar tu estancia, tienes enfrente la isla de Torcello y un poco más lejos, Murano, donde se hacen los famosos cristales.
4) Disfrutar de un país en las «alturas», Andorra
Andorra está en los Pirineos, es un pequeño país pero con unos paisajes que te harán repetir. Pueblos singulares, rutas de montañas de todo tipo, nieve, deportes de invierno, un balneario precioso, y sobretodo, su gente.

Vistas desde una estación de esquí
5) Conocer la obra de un «surrealista» belga, Magritte, Bruselas (Bélgica)
Bruselas es una ciudad preciosa, con mucho que mostrar pero aquí solo te acercamos a que visites la obra de unos de los pintores más importantes del país, el surrealista Magritte.
6) Peregrinar hasta el santuario de Lourdes (Francia)
Lourdes (después de Guadalupe en México) es el santuario religioso más visitado del mundo.
Está al sur de Francia y aunque no seas practicante te dejarás llevar por el ambiente que allí vives, por conocer la historia de la aparición de la virgen, visitar la ciudad. Uno de los momentos más bonitos fue asistir a una Misa Mariana, iluminada completamente con velas.
7) Conocer una «selva» que no es precisamente negra, Selva Negra (Alemania)
Llama la atención el nombre, la Selva Negra. Se llama así por la espesura que encierran sus bosques. Es toda una región del suroeste de Alemania que conserva sus pueblos encantadores, sus costumbres más arraigadas.
8) Tomar el clásico tren «Flamsbana» para llegar hasta sus fiordos (Noruega)
Un tren con muchos años de historia que cubre un trayecto pequeño pero enorme en paisajes, cascadas como la Kjosfossen, montañas, glaciares o barrancos.
Lo mismo ves nieve, que paisajes primaverales en ese trayecto de 20 kms que desemboca en el pueblo del mismo nombre, Flam, donde comienza una ruta en barco por varios fiordos (Aurlandfjord, Sognefjord).
9) Disfrutar de un vino mirado el río Porto, Oporto (Portugal)
Es imposible no pasarla bien en una de mis ciudades favoritas de Portugal. Un maravilloso río, el Duero, que antaño fue transporte habitual del vino, ese que ellos tan bien saber hacer. También poder disfrutar de las bondades de una ciudad peculiar, diferente y que te atrapa enseguida.

Río Douro, ciudad de Oporto

Bodegas Taylor, una cata
10) Pasear por Niza disfrutando de su clima mediterráneo, Costa Azul (Francia)
Las ciudades del mediterráneo son agradables, bonitas, con buen clima y que animan al turista a conocerlas. Tierra de pintores, artistas, poetas… todos buscaban una fuente de inspiración para sus obras, y en la Costa Azul desde luego que la encontraron. Ejemplo de ello en Niza fueron genios como Chagall o Matisse.
11) Moverte por paisajes de vértigo por los Alpes suizos, Interlaken (Suiza)
Los Alpes Suizos son una auténtica maravilla natural. Paisajes de vértigo, subir las montañas en trenes cremallera, ver pueblos con «casitas de madera» como de cuento, cascadas, vaquitas, todo ideal. No se puede explicar muchas veces lo que experimentas con paisajes así, mejor verlo.
12) Bajar al sur de España a disfrutar de la Costa de la Luz, Cádiz (España)
Si quieres cambiar de tercio, disfrutar de la vida, de la buena comida, del cachondeo, de la alegría del sur bájate a la provincia de Cádiz. En cualquier sitio encontraras una buena forma de pasártelo muy bien, disfrutar de la vida … y repetir.

Playas y vientos, una constante

Buen sentido del humor
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Un cóctel de hobbies y viajes
Todas bonitas propuestas, elijo la de Andorra!
Buena elección. Yo creo que volvería a Sicilia porque me siento como en casa. Un abrazo