Capileira, Sierra Nevada (Granada)

En la provincia de Granada, en plena Sierra Nevada, se alza uno de los pueblos más «altos» y bonitos de España.

Con sus características chimeneas redondas coronadas con sus peculiares sombreros, sus terraos (especie de azoteas planas de sus casas) y tinaos (espacios que comunican varias casas) muestran una parte importante de una arquitectura tradicional transmitida entre varias generaciones, aderezado con unos paisajes de alta montaña para alucinar.

Espacios naturales dentro de Sierra Nevada (con el pico mas alto de la península ibérica) que animan a hacer rutas de alta montaña. Rutas por el «Barranco de Poqueira», el ascenso a varios picos cercanos (por ejemplo La Veleta o el Mulhacen), poder probar las aguas ferruginosas de «Fuente Portugos», relajarse en balnearios tan nombrados como Lanjarón.

Toda la zona es simplemente preciosa y bien merece dedicarle unos días.

La Alberca, Sierra de Francia (Salamanca)

En la Sierra de Francia (Salamanca) encontráis uno de denominados  pueblos bonitos de España, es La Alberca. Desde que lo ves, ya de inmediato te atrapa. Fue el primer pueblo de la zona que recibió el título de Conjunto Histórico-Artístico.

Su particular trazado irregular tiene calles empedradas (algo parecida a una antigua judería) y una arquitectura antigua donde predominan casas de tres alturas, balconadas de madera y pilares de piedra que hacen ya sea, de columnas o vigas.

Puedes recorrerlo tranquilamente, disfrutando de sus curiosidades, sus puertas, escudos, tiendas de productos locales (miel, los típicos embutidos de la zona que son muy buenos).

Y para terminar el paseo te sientas en la hermosa Plaza Mayor, a mirar la gente pasar, disfrutar de las hermosas vistas y fijarte en sus múltiples  detalles. Uno de éstos es una estatua cercana dedicada a un vecino muy peculiar, un cerdito San Antón que lo cuidan sus vecinos durante el año y que anda a sus anchas por el pueblo.

Rascafría, Sierra de Guadarrama (Madrid-Segovia)

Pasando la sierra de Guadarrama en la provincia de Segovia se esconde este pueblo animado con infinidad de propuestas de ocio, autentica vida de pueblo serrano, buena gastronomía (con platos como asados de lechal o cochinillo) y aderezado con su parte más cultural, la visita al bonito Monasterio del Paular.

En veranos puedes ir a sus concurridas «piscinas naturales», disfrutar de conciertos de verano (solían hacer de música folk) o actividades por la zona ( animadas fiestas de pueblo) o hacer rutas  de senderismo muy conocidas como el de Mirador de los Robledos-Isla o la de Cascada del Purgatorio. Es uno de mis pueblos favoritos y está a tan solo una hora de Madrid.

Bezanes, Parque Natural de Redes, Asturias

Siguiendo el curso del rio Nalón (cuenca minera asturiana) te vas encontrado con los pueblos que pertenecen al Consejo de Caso. Su capital, Campo de Caso es de donde vienen parte de mis orígenes.

Tiene de particular la propia belleza de la zona, ese verdor intenso que te encuentras en cualquier parte de Asturias, pueblos acogedores con gente entrañable que te acoje y recibe con gran hospitalidad. Entre estos pueblos Bezanes, Campo de Caso, Pendones, Tarna.

Bezanes es un pueblo pequeño, sitio ideal para hacer rutas de senderismo, montar caballo, comprobar «in situ» las  tradiciones de sus gentes (por ejemplo el viejo oficio de hacer sus madreñas, esos zuecos de madera), comer de autentico lujo y en enormes cantidades, comprar productos locales como miel, quesos de la zona (de aquí es el «queso casin»).

Es un sitio ideal para hacerte despacio y sin prisas (slow travel) con el ritmo de una vida de pueblo, en medio de la montaña, en un espacio muy privilegiado dentro de  la península ibérica.

Ainsa, Parque Ordesa y Monte Perdido (Huesca)

Muy cerca del precioso parque de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) encontramos este pueblo que esta ubicado como en una alta planicie dominando las vistas del lugar, justo donde se unen los ríos Ara y Cinca.

Desde lo alto de su campanario (Iglesia de Santa María) tienes acceso a unas vistas preciosas del lugar. Puedes recorrer el pueblo para ver sus fachadas o sus «llamadores». Y vale como punto de partida -o parada intermedia- para hacer las rutas o accesos del parque nacional.

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