AFRICA, HISTORIAS VIAJERAS, KENIA
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Yo tenía una granja en África…

«Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas del Ngong …»

Así empieza la inolvidable novela de Isak Dinesen, escritora danesa profundamente enamorada de África y autora de la novela, Memorias de África.

La autora en África / Fuente: http://www.museums.or.ke/

«… El ecuador atravesaba aquellas tierras altas a un centenar de millas al norte, y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies. Durante el día te sentías a una gran altitud, cerca del sol, las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas, y las noches frías.
La situación geográfica y la altitud se combinaban para formar un paisaje único en el mundo. No era ni excesivo ni opulento; era el África destilada a 6.000 pies de altura, como la intensa y refinada esencia de un continente. Los colores eran secos y quemados, como los colores en cerámica.»

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Masai Mara  / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

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Vida salvaje, algo único en este continente / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

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Paisajes inolvidables, PN Nakuru donde solían estar los flamencos rosados / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

Memorias de África es un canto de su amor por tierras africanas esa que la acogió durante 17 años ofreciéndole su mejor y peor cara.

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Una de las portadas del libro

Dualidad de «contrastes» de un continente donde se siente la amabilidad, lealtad y cercanías de sus gentes, muestras de amistad o de amor; o el poder vivir su cara más salvaje y sus paisajes únicos: África en su estado más estado puro.

O vivir quizás su otra faceta, su otra cara; un matrimonio de conveniencia, la pérdida de un ser amado o experimentar los giros que puede dar tu vida.

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El matrimonio de los Blixen, fotograma de la película

Su vida no fue precisamente un «camino de rosas» pero ella comprendió cual era su lugar allí  y cuales podrían ser sus expectativas.

En su libro nos relata casi en un tono «lírico» sus vivencias diarias en esta nueva vida por tierras africanas, ya fuera para sacar adelante su vida, para darnos sus impresiones del lugar, costumbres y sus gentes.

Karen Blixen muy integrada en su casa y con sus gentes / Fuente: Karen Blixen Museum

Una vida que se vislumbra a veces «salvaje» y bastante ajena a los fríos de su Dinamarca natal o en otras ocasiones, acogedora y cálida.

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En una de sus cacerías

Sin embargo ella supo buscar la cercanía de los nativos, aclimatarse a las dificultades de su nuevo hogar, a encontrarse a si misma y practicar lo que ella sabía, contar buenas historias.

“Cuando se hubieron acostumbrado a la idea de la poesía, me pedían: Habla otra vez. Habla como lluvia. Por qué sentían que el verso era como la lluvia es algo que no sé. Quizá sea una expresión de aplauso, porque en África la lluvia siempre es deseada y bienvenida.”

Casa museo de Karen Blixen

Queríamos seguir la huella de esta increíble mujer y nos fuimos a su casa-museo, en las afueras de Nairobi. Era un «sueño» vivir su apasionante historia, seguir algunos pasajes del libro, sentirla en su propia casa o experimentar ser parte de esta dualidad: Karen Blixen / Isak Dinesen.

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La casa de Karen / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

Casada «por conveniencia» con un barón alemán Bror von Blixen-Finecke -de ahí su apellido Blixen-. El barón tenía título pero poco más, era un incorregible vividor y mujeriego.

Compraron esta granja en las afueras de la capital de Kenia, justo a los pies de las colinas que forman parte del Valle del Rift y a 50 km de la capital, Nairobi. A pesar que no era la mejor opción para establecer un negocio como éste, se dedicaron al cultivo del café.

Karen Blixen con su personal, Karen Coffee Company

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Planta de café por el jardín de la casa / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

Esa África que no sabes el por qué, la razón o sinrazón, pero es un continente que pronto te envuelve, te cautiva, te produce sentimientos encontrados. La casa es «otra» de las protagonistas de la novela, allí transcurre gran parte de su vida, de sus ilusiones y decepciones.

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La parte trasera de la casa / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

Conserva en sus paredes, la decoración y los objetos un toque femenino, ese fino aroma impregnado por ella. Tenía gustos refinados, gran delicadeza, fuerza y energía donde cultivaba todas sus grandes pasiones. El hecho de estar aquí sientes su presencia, revives pasajes de su vida, entiendes como pudo ser su vida aquí.

Habitación de Karen

La habitación del barón, apasionado a la caza

Su escritorio, en la ficción y en la realidad.

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Le gustaban mucho las aves y se dedicaba a su observación y estudio. Alrededor de la casa hay varios bebederos.

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Bebedero de aves / Foto Tu Hobbie Tu Viaje

La pintura fue otra de sus aficiones.

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Bird / Fuente: Karen Blixen Museet

Aún se conservan en la casa su viejo reloj de cuco, sus pinturas, la máquina de escribir, su biblioteca personal repleta de buenos libros o la mesa del comedor con la «recreación» de la cena/menú que dieron a unos invitados muy especiales (los Príncipes de Gales).

Con cierta nostalgia te topas con ese viejo gramófono que su amor, el cazador británico Denys Finch le regaló, y que fue testigo indiscreto de esta historia de amor.

La vida en la granja

Karen no se limitó a observar a su gente alrededor o ver el mundo desde la distancia. Se involucró en sus vidas, intentó entenderlos y ayudarles en lo que podía. Aprendió alguna lengua nativa como el suajili e intentó conocer mejor sus costumbres.

Al final se ganó el afecto de muchos por su forma de ser, su coraje en un mundo «machista» y colonialista.  Hablaba así de los nativos.

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Pintura de una joven nativa de la tribu Kikuyu / Fuente: Karen Blixen Museet

“El nativo no pierde tiempo en pensamientos sopesando culpas o castigos; quizás piense que esto puede llevarle demasiado lejos o razone que esas cosas no le conciernen”…
“Los nativos pocas veces exageran un efecto… Carecen del sentido o del gusto del contraste, el cordón umbilical de la Naturaleza no ha sido cortado en ellos del todo”.

Su historia de amor

África le brindo el amor en su más pura esencia. Creo bastante distinta de su papel en la película. Allí se quedó su espíritu, su corazón cuando lo tuvo que dejar: dejo de ser Karen para convertirse en Isak.

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Una de las escenas más bonitas de la película (fotograma de la película «Memorias de África»)

Como mismo se le concedió el amor también se esfumó como una espesa niebla ante sus ojos, aún así ella llegó a entender cual era su papel allí, su destino, incluso  la cura para todos los males.

«La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar.»

Adiós …

Sus memorias africanas están consideradas por muchos como una obra maestra de la literatura. Es uno de los relatos más auténticos de las primeras aventuras europeas en África.

“Cuando llegó el día de marcharse aprendí la extraña lección de que ocurren las cosas cuando te es imposible imaginar, sea de antemano, o en el momento en que se producen o después al recordarlas. Las circunstancias pueden tener una fuerza motriz que genera acontecimientos sin ayuda de la mente o de la percepción humana.
Las cosas te ocurren y tú lo sabes, pero salvo eso no tienes ninguna relación con ellas, no conoces la clave de su causa o su significado”.

Todavía veo esta preciosa secuencia y me sigue emocionando.
Después de haber viajado por estas tierras en Kenia puedo asegurar que no es de extrañar que Karen Blixen se enamorara así de estas tierras y de sus gentes.

Fuente fragmento de la película: Movieclips.com

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Fotograma de la película «Memorias de África», centrada en esta historia de amor

© TU HOBBIE TU VIAJE
Un Cóctel de Viajes y Hobbies

Nota: 
Mientras no se especifique lo contrario, muchas de las fotos provienen de Internet. En muchas ocasiones se desconoce la fuente original de la misma así que solo en el caso que estemos seguros de la fiabilidad de esta fuente, lo ponemos. 

1 comentario

  1. … Al pie de las colinas de Ngong… Preciosa entrada. Me enamoré de esa película, y Karen Blixen fue la razón de mi primer viaje a África, mi continente favorito desde entonces. Te recomiendo si no has estado su casa de Dinamarca, donde se puede encontrar muchos objetos de los que salen en la película.

    • No me extraña Paco por son esos sitios inolvidables y que te dejan huella. Muchas gracias por tu comentario y te deseo lo mejor para ti y los tuyos en 2017, un abrazo

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