Hacemos recuento de algunas manías viajeras.
Son casi «automatismos» que están siempre presentes desde la preparación del viaje hasta nuestra vuelta. Nos brotan de forma espontanea, como parte de nuestra personalidad, enfoque y visión sobre el mundo y la vida. Aquí salen a relucir preferencias, gustos -y fobias- que dan paso a toda una colección de acciones que vamos repitiendo en los viajes, aunque en algunas ocasiones, no seamos ni siquiera conscientes.
Algunas de nuestras manías viajeras más repetidas son …
1.- PLANIFICACIÓN
Reservar asientos diferentes para los vuelos
No vamos a tentar a la buena fortuna🔮poniendonos siempre en el mismo sitio. O según como se mire, porque conozco gente que incluso reservan siempre la misma fila/asiento en todos sus viajes.


Buscamos siempre la opción de «ventana». Es cierto que reduce la movilidad dentro del avión pero también es apasionante ver el mundo desde arriba.
Así se puede disfrutar de tu ciudad desde el cielo, conocer nuevos destinos, adivinar siluetas de ciudades, de tierras cultivadas, construcciones emblemáticas, ríos sinuosos, barcos diminutos, disfrutar de la belleza y paz que significa volar por encima de las nubes … y desde luego quedar con esa ensoñacion de ese nuevo país / destino que se pone bajo tus pies …
No llevar una mochila como equipaje
No soy mochilera por dos motivos, uno, no me identifico con esa cultura de ser «mochilero» y todo lo que implica en los viajes; y dos, me dejan fatal la espalda y las cervicales cuando llevo una mochila.
Cierto que en algunos destinos, por motivos prácticos, es mejor llevar una pequeña, de pocos litros, pero eso lo he hecho en muy contadas ocasiones.
Tampoco me identifico y visualizo con esos grandes maletones que la gente arrastra en sus viajes. Mis «outfits» son muy básicos y sobre todo funcionales. No necesito ni vestidos vaporosos, ni tacones, ni kits de maquillaje para hacerme una foto como una influencer. Mientras menos lleves, menos cargas.

Editar de forma gráfica recorridos y planificación de días
Esta es una manía de siempre. Es la base de la planificación de mis viajes, si no lo veo gráficamante, no visualizo el viaje. Uso un sistema de iconos de colores (app de My Maps) para identificar playas, museos, sitios para comer, lugares de compras, sitios patrimonio Unesco, … como si codificara todo el viaje.

Según la concentración de iconos de cosas para ver, ya me está planificando indirectamente el número de días de mi viaje. Información que luego voy traspasando y organizando en mi Calendar.
No dormir en sitios donde se comparte habitación
Nunca fuimos de super hoteles de lujo pero tampoco de hostales ni sitios donde se comparten camas con desconocidos. La razón es una y bastante poderosa: tengo el sueño ligero y eso me provoca la imposibilidad de dormir en unas condiciones mínimas.
En hostels es imposible controlar el ruido de tus vecinos, jóvenes con ganas de comerse el mundo y hacer lo que les viene en gana. Por ello, la mejor opción que utilizamos la mayor parte de las veces la opción de «apartamento» donde casi todo son ventajas: estamos solos, sin ruidos, y además, ahorramos dinero en desayunos y cenas.
Reservar con antelación el alojamiento
Cuando planificamos los días, ya podemos saber de antemano donde necesitamos dormir. Hacerlo con cierta antelación -y a un precio medio- es cierto que te quita toda opción a la «espontaneidad» para disfrutar aún más de cada destino.
Pero te permite ahorrar, al menos una tercera parte de tu presupuesto de viajes se te va en alojamientos. Mientras sea un lugar limpio, bien comunicado y con lo que necesitas, es suficiente.
Además dormir en hoteles super caros cuando todo el día vas a estar de ruta por ahí, me parece una derroche de dinero que no se amortiza nunca.




Buscar información de sitios donde se come bien
Con los años viajados es lo más práctico. Muchas veces «te clavan» en sitios demasiado turísticos, no comes ni remotamente sus platos locales y la calidad deja mucho que desear.
Nos fiamos de la opiniones contrastadas de personas que recomiendan donde comer. Que han estado en sitios pequeños, super conocidos, … de esos platos que queremos probar, de sitios autenticos, etc. Esto cambia muchísimo tu viaje. No deja de ser otra experiencia de viaje, el placer de comer algo distinto y probar nuevos sabores.








En las islas, preferimos pescados o mariscos; en tierra adentro, platos contundentes; en destinos muy gastronómicos, conocer su gastronomía local, variedad, riqueza … y por supuesto, esa cerveza local que no falte.










2. EN EL DESTINO
Información de «sitios alternativos» de los que se hable poco
Muchas destinos por desgracia no están en ninguna guía o muy pocos hablan. Pero algunos lugares son realmente sorprendentes, y los descubres por pura casualidad. Pues esos descubrimientos, nos encantan.






Otros son conocidos pero en los «imprescindibles de viajes» hay que recortar siempre y puedes que se queden fuera. También se ha puesto de moda los recorridos de Street Art, que siempre son una maravilla.



Algunos ejemplos de sitios sorprendentes que nos estaban en nuestros planes inciales: ya fuera porque habia un evento, porque estaba de paso, o nos lo recomendaron los locales.






Visitar algún museo importante (o que sea local)
Los museos nos encantan por varios motivos: nos gusta el arte y folkore en todas sus manifestaciones y muchas veces conocemos mejor a sus gentes viendo como vivian, como se manifiestan en su vida diaria y como muestran su desarrollo y evolución a lo largo de los siglos. Los museos son una muy buena fuente de información del país y de sus gentes.
Lo mismo hemos descubierto museos raros que imprescindibles, curiosos que temáticos, … y en todos aprendes algo y siempre hay algo con lo que te sorprendes. He aquí una muestra de tal variedad.












Visitar un sitio masificado si es necesario, luego, salir corriendo
No nos gustan las aglomeraciones ni tampoco las personas que no respetan ni valoran el patrimonio. Cualquier destino que sea impresionante, que sea monumental o histórico y donde haya tanta gente, desde luego pierde todo su encanto: nunca fueron concebidos para esas aglomeraciones.
Por ello; si ya lo conoces, tira la foto y sale huyendo y si no; ve a unas horas donde una masa de gente te estropee ese momento.

No tomar nunca agua de grifo
No porque sea fina o me de asco (en algunos países donde hay tanta cochambre o la sanidad brilla por su ausencia, desde luego) sino porque mi estomágo es algo delicado.
En Europa o América del Norte nunca me ha pasado, y me fio bastante de la calidad del agua. Pero fuera de esos lugares, siempre pido agua embotellada; jamás me atrevo a tomar agua de grifo.
Tomar notas del destino
Mucha gente se lleva una libreta para documentar el viaje. Yo lo solía hacer al principio, pero a nivel práctico me resulta mejor ahora dejar notitas de texto tipo «posts it» de muchos colores (con la app de Keep), para dejar registrado, singularidades de lo veo o visito, y para no ovidar algunos detalles, mejor en los días de viaje. Se etiquetan según destino.

Fotos robadas
Me encanta hacer fotos de robados.
Me escondo en algún rincón, y aunque no suelo hacer muchas fotos de personas o retratos en los viajes, si me gusta ver lo que fotografian otros, o fotografiarlos de forma espontanea o sin que lo noten. Como si fuera una historia dentro de otra ni haya preparación alguna. Tan solo el momento. Y click.
Ninguno de estas posaron para mí …





3. DE VUELTA A CASA
Deshacer la maleta nada más llegar a casa
Es una manera de abrir todos los recuerdos del viaje, recopilarlos, ordenarlos … y cerrar la maleta, hasta el próximo viaje. No nos visualizamos con esa maleta por deshacer durante días en casa esperando que alguien haga algo.
Y no deja de ser una manía …
Traer siempre un recuerdo, aunque sea mínimo
Tengo varios espacios en casa «llenos de polvo» pero con esa pequeña muestra de cada sitio que hemos visitado. Nos cuentan una parte de ese país, una vivencia, un recuerdo, el momento, … Todo un «leit motiv» para seguir soñando y poder hacer realidad nuestros sueños viajeros.



Backup de seguridad de fotos
Llevamos 2 cámaras para el viajes + 2 móviles, hacemos mínimo 60-80 fotos por día, depende del destino y lo motivados que estemos. Todo eso se copia en discos duros (2 distintos) por años, nombres país, destino, … etc.
Sin eso, parte de nuestra vida viajera quedaría en el más absoluto olvido visual.






Muchas de estas acciones seguro que muchos viajeros lo repiten, ya sea por necesidad, por simple manía o por darle una vuelta a tu viaje. Con los años que llevamos viajando vamos ganado en experiencia en esto de los viajes, y de hecho, nos vamos quitando y/o incorporando viejas o nuevas manías, segun sea el caso. Pero imposible, deshacerse de todas.
Y en tu caso amigo lector,
¿Cuales son tus manías viajeras?
© TU HOBBIE TU VIAJE
Un cóctel de hobbies y viajes