Ya va siendo hora que le demos el espacio que merece al género musical portugués que ha trascendido fronteras, el fado.
«El fado no es alegre ni triste […] Formó el alma portuguesa cuando no existía y deseaba todo sin tener fuerza para desearlo […] El fado es la fatiga del alma fuerte, el mirar de desprecio de Portugal al Dios en que creyó y que también lo abandonó»
Pessoa
Fado como género
Es un género musical que nació en la calle, que se canta desde el corazón, y donde las emociones y sentimientos siempre están a flor de piel.
Está tan arraigado en el pueblo portugués que forma parte ya de su cultura, sobre todo la más «urbana». Fue en 2.011 fue reconocido, y muy bien merecido, por la Unesco, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los temas que se cantan resaltan la nostalgia o la melancolía, historias cotidianas del barrio, de amor o desamor, historias humanas de cada día. Aquí tenemos un fragmento de un texto de un fado que se autodefine con gran acierto:
Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado.
Canción «Todo es fado»
Todo esto existe; todo esto es triste; todo esto es fado.
El fado en Lisboa y Coimbra
Y como no, también existen las denominadas casas de fado, sitios para comer o beber y donde se canta este género en exclusiva. Es toda una institución. Dan el ambiente apropiado para disfrutar de un buen concierto. Así se vive la intensidad del fado, por ejemplo, en los barrios más populares de Lisboa (como por ejemplo, Alfama, Bairro Alto, etc).
En Coímbra el fado está relacionado con las antiguas tradiciones universitarias y es exclusivamente cantado por hombres. La temática de sus canciones incluye, además de los amores o desamores estudiantiles, los rincones de esta bella ciudad.



La guitarra portuguesa y sus ejecutantes
La estructura del fado se divide por secuencias; en las que unas veces la guitarra toma el protagonismo (suelen haber dos guitarras, una portuguesa que parece una variante de la cítara, y la española), y en la mayoría de las canciones, la voz del que canta.
La guitarra portuguesa, imprescindible para la compleja sonoridad de este género, está compuesto por su caja de resonancia de madera buena (con una preciosa forma de pera) que consta de 12 cuerdas metálicas dispuestas por pares. Las 3 primeras parejas dan los tonos agudos, son las cuerdas más finas y comparten afinación; y las otras 3 siguientes parejas, se afinan con 1/8 de diferencia.
Si el fadista tiene mérito por todo el sentimiento y emoción que le imprime a la canción, el ejecutante de la guitarra portuguesa, es sin dudas un virtuoso, impresiona ver un «solo» de un buen guitarrista de fado.

Grandes glorias del fado
Resumir en pocas líneas a los mejores es tarea complicada y también va por gustos. Elegimos algunos que nos gustan, otros que son viejas glorias, y también, nuevos descubrimientos. Lo cual es síntoma que el fado sigue vivo, cambia y evoluciona constantemente.
Amália Rodrigues, Uma casa portuguesa
Una de las voces más impresionantes que ha dado el fado. En cualquier recopilación sobre este género no puede faltar.
Dulce Pontes, Fado Portugues
Mariza, Gente Da Minha Terra
Camané, Ai Margarida
Madre Deus, Alfama
Marco Rodrigues, Coração Olha O Que Queres
Un virtuoso masculino del fado y en esta canción nos deleita con su voz y además con los solos de la guitarra. Fue nominado a Premio Grammy latino por mejor álbum folclórico en el año 2.000.
Gisela João, Madrugada sen sonno
He dejado para el final a una de las mayores revelaciones del fado femenino de los últimos años. Simplemente maravillosa.
En esta canción hay un duelo entre la cantante y la guitarra:
Y aquí cantando un clásico de Dulce Pontes:
Tuvimos la enorme suerte de ver un concierto de Gisela Joao por la tele y simplemente quedamos enamorados de su voz y su particular estilo. Su fado nos llegó directamente al corazón.
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Un relato de matrícula María y las elecciones de fados maravillosas. Nosotros disfrutamos de una noche de fados en Oporto. A seguir contando historias
Muchas gracias amiga
Nosotros lo vimos en Coimbra, por un cantante masculino.
Un abrazo muy grande