Poblaciones del Valle
Liébana es una comarca de Cantabria (España) realmente singular. Tiene una extensión de unos 570 km2 y sus paisajes de alta montaña contrastando con verdes valles la hacen una zona única. Por la cercanía con el Parque nacional de los Picos de Europa es un destino muy concurrido para los amantes del turismo rural y los deportes de montaña.
Su capital es Potes, uno de los pueblos más pintorescos y bonitos de España. Situado entre dos ríos, el Deva y el Quiviesa, es el punto neurálgico del valle para hacer cualquier actividad de turismo.
Desde Potes se ven los Picos de Europa Arquitectura tradicional en Potes y demás pueblos de la zona Puente en Potes Vista del Templete de la Plaza de Potes Paseo alrededor del río
Las propuestas son variadas, desde una rutas gastronómicas, religiosa-cultural (como son el Camino Lebaniego, la Iglesia de Santa María de Piasca o la de Santa María de Lebeña), de turismo activo (con el cercano Fuente Dé u otras zonas de montaña) o hasta, simplemente dejarte llevar por las bondades de sus pueblos, sus costumbres y pausado ritmo.
Pueblos del valle
Hay muchos pueblos encantadores por la zona (Mogrovejo, Cahecho, Aniezo, entre otros), fábricas de orujos (un aguardiente clásico de la zona de Cantabria), buenos quesos (o como ellos les llaman “quesucos”), pueblos abandonados (Porcieda), rutas singulares … y una gastronomía buenísima.
Patrimonio cultural y religioso
El camino Lebaniego es otro gran atractivo del valle. El Monasterio de Santo Toribio de Liébana, cerca de Potes, es lugar de peregrinación de muchos visitantes, atraídos por las obras del Beato de Liébana, y sobretodo, por la reliquia del Lignum Crucis, el trozo de madera más grande de la cruz donde murió Jesucristo.
Además encontramos ejemplos de buenas iglesias de arquitecturas mozárabe y románica.
Señales del “Camino Lebaniego” Monasterio de Santo Toribio de Liébana Puerta del Perdón, se abre se abre al comienzo de cada Año Jubilar Lebaniego Los restos de la cruz se guardan aquí, la cruz se saca en las misas dedicadas a los peregrinos Santa María de Lebeña, una iglesia mozárabe Iglesia de Santa María de Piasca, buen ejemplo de arte románico
Paisajes de montaña y miradores
En una zona de tal belleza sobran los paisajes para admirar. Hay muchos miradores para disfrutar. Destacan por ejemplo, el mirador de Santa Catalina, todo el Desfiladero de la Hermida (camino obligado si quieres acceder a Potes desde Cantabria), el mirador de Cahecho, Fuente Dé, etc
Mirador de Santa Catalina, impresionan las vistas Paisajes desde Fuente Dé Camino Lebaniego Mirador de Cahecho Valle de Liébana, un placer para los sentidos Formaciones rocosas que contrastan con los verdes valles
Rutas singulares
Una zona donde se mantiene algunas de sus tradiciones, se apuesta por lo local y se mantiene sus peculiaridades que los hacen únicos.
Encontramos por ejemplo una casa etnográfica donde parece que se detuvo el tiempo (La Casa de las Doñas), los viejos castaños de Pendes situados en El Habario con vacas pastando cerca, de la raza tudanca (autóctona), un pueblo muy cinematográfico (Mogrovejo), o un pueblo abandonado como Porcieda.
Detalles de La Casa de las Doñas Así se cascaban las nueces Plato natural de Heidi Pueblos de alta montaña con arquitectura tradicional La casa de las chimeneas en Tudes Pueblo abandonado, Porcieda Castaños en El Habario Ruta del agua
Flores del valle … toda una preciosa colección de formas, colores y detalles
Gastronomía
Es una mezcla de productos del mar (por su cercanía al mar Cantábrico) y de la montaña. Pescados y mariscos del mar, peces del río, buena ganadería y productos frescos de la tierra. Con estos ingredientes de proximidad, la calidad está asegurada.
Vacas de la raza tudanca Quesería
Esta zona nos enamoró y es sin dudas una comarca para volver. Combina todo lo que nos gusta de un viaje: singularidad, belleza, rutas interesantes, patrimonio, buena gastronomía … y su gente.
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