(1) Turismo activo en Llavorsi, Lérida
Nunca en mi vida había hecho estas actividades de «turismo activo», en este caso fueron el rafting y el descenso de barrancos. Me gustó mucho más la primera, pero ninguna de las dos están exentas de «riesgos» para tu integridad física.
Ambas dependen de la cantidad de agua que haya en ese momento, por ello «hay niveles» según su grado de peligro, obstáculos a rebasar o fuerza de las aguas.
Empieza la aventura, primero el rafting Un momento de relax, en medio del trayecto En pleno apogeo
Nuestro rafting fue bastante seguro. Las aguas no tenían el máximo de fuerza para se consideren «aguas muy bravas» pero eso no quita los sustos y peligros que pasamos dentro del bote.
Teníamos un guía que nos decía cuando remar, que rumbo tomar, cuando parar, qué hacer cuando un compañero se cayera al agua… Absolutamente todo. Estábamos bajo su mando.
En el trayecto perdimos a un compañero, voló literalmente por los aires, y no solo no pudimos rescatarlo hasta que nos lo permitió el guía, sino que tuvimos que remar entre rocas y torrentes de agua para salir del remolino donde nos habíamos metido.
Te lo contamos en detalle en este post:
Practicando el rafting – o como sobrevivir a las aguas bravas
El descenso de barrancos, sin embargo, sí que exige estar en buena forma física. Tienes que reptar, saltar, agarrarte con fuerza a las cuerdas, etc. Más maña que fuerza.
Descenso de barrancos, este era nivel básico A mal tiempo, buena cara
La primera hora que lo hice, no lo disfrute, estaba con mucho miedo a resbalar, caer, darme un golpe… Y agotada del esfuerzo físico. Menos mal que el torrente de agua no era muy fuerte. Sin embargo, cuando terminé, me dije no volver a hacer nunca más esta actividad.
Te lo contamos en detalle en este post:
Practicando el barranquismo en los Pirineos
(2) Reptando por la cueva de Sorbas, Almería
Estamos acostumbrados a visitar cuevas, pero está fue especialmente complicada. Los espacios son pequeños y tienes «en determinados tramos» que arrastrarte como un reptil. No me gustan los espacios confinados, siento auténtico agobio.
Limpiamos toda la cueva con nuestras ropas
(3) Bautizo de buceo en Menorca
¿Pase miedo buceando? Os diré que no, en mar abierto ninguno. El agobio lo pase en las pruebas que hicimos antes en la piscina. Fue el primer golpe de sentir que no respiraba de manera natural, que me podía ahogar, que el aire que respiraba sumamente frío. Y cuando estas nervioso, es peor porque hiperventilas.
Bucear en aguas abiertas toda una maravilla
El punto de inflexión fue cuando subí a la superficie de la piscina y me sentí cual «monstruo Nessie» saliendo a la superficie y dando mucho miedo. Sobre todo a los turistas y sus hijos. Así que… a bajar de nuevo.
Te lo contamos en este post:
Consejos para hacer un bautismo de buceo
(4) Viajes peligrosos en barcos, un 3×1
En 3 ocasiones, somos repetidores y no aprendemos de los errores, hemos temido por nuestra vida en estos 3 viajes, y con el miedo en el cuerpo a sufrir un naufragio. Tres veces, tres trayectos a islas apartadas y que nos causaron incluso pavor; la peor de todas estas aventuras náuticas sin dudas fue en Grecia.
Ya en Delos…
El trayecto era desde la isla de Naxos a Delos (ésta última, allí no se puede pernoctar). Una distancia a cubrir de unos 30 millas náuticas … y ese día, era el «preciso» que no debía salir ninguna embarcación.
El frágil catamarán no paraba de moverse de un lado a otro, íbamos a contracorriente, el agua entraba a raudales por todas partes, la tripulación todo el tiempo entregando bolsas para vómitos y mucha gente empezó a sacar hasta sus rosarios y a rezar. Auténtico pánico que vivimos durante las 2 horas y algo que duró la travesía.
Luego repetimos en el atolón de Mnemba (frente a la isla de Zanzíbar), pero está vez no era por el agua o las condiciones meteorológicas, sino por lo abarrotada que estaba la embarcación: con un número muy superior al de personas permitido.
Un bote hasta los topes de gente
Te lo contamos aquí:
Un viaje “surrealista” en dhow al Atolón Mnemba, Zanzibar
Como no hay dos sin tres, ¿adivináis? Volvimos a repetir. Esta vez en Portugal, en las Islas Berlengas.
Condiciones de este viaje: el mar Atlántico es mucho más fiero que el Mediterráneo y fuimos en una barca para 10 personas que no era muy estable: era la opción más barata y que más demoraba fue una mala elección. A su favor, el capitán del barco era experto.
Nuestra experiencia te la contamos aquí:
Reserva Natural de las Islas Berlengas, Portugal
Viaje de ida a las Islas Berlengas Nuestra diminuta embarcación
Y la pregunta que nos hacemos después de estas terribles experiencias marítimas: ¿volveríamos a hacerlo sabiendo que la pasamos tan mal en estos viajes? Quienes nos conocen saben que la respuesta es sí, es más fuerte la curiosidad por conocer, que los peligros que encierran. Siempre con las mínimas garantías para nuestra integridad.
(5) Perdidos en parque Buda Edén, Portugal
¿Te ha pasado alguna vez perder a tu pareja en un país extranjero, sin medios para llamarlo o encontrarlo? Y si encima, éste ha tenido un problema médico en esos días recientes, el miedo se multiplica. Yo sentí auténtico pavor.
Nosotros nos perdimos mutuamente en algún lugar de este inmenso parque de budas, el Budha Eden, cada uno entendió su propia versión de cómo nos encontrábamos de nuevo, y estuvimos 30 minutos buscandonos desesperadamente, yo me temí lo peor.
Te contamos nuestro recorrido aquí:
Buddha Eden, un jardín de ensueño en Portugal
(6) Fenómenos atmosféricos (un 2×1) en la Costa Este, USA
Cuando viajas a un destino y los fenómenos atmosféricos aparecen todos a la vez. Eso nos pasó en nuestro viaje por la Costa Este de EEUU, allá por el año 2011.
Un combinado 2×1 de un terremoto en Washington (el cual sentimos en la ciudad de Nueva York) y el paso de un huracán por el Atlántico, que parecía que se desviara a NYC, uno detrás del otro.
Restos de los coletazos del huracán que pasó por la ciudad.
La ciudad de Nueva York se preparaba para lo peor (huracán) y los militares entraron en acción. Parecía que de pronto estabas dentro de una de esas películas catastrofistas.
© TU HOBBIE TU VIAJE
Un Cóctel de Viajes y Hobbies
Después de leerte vamos a tener que hacer un máster en riesgos laborales para viajes. Madre mía!!!!
Jajaja esto es como el dicho: «Manolete, si no sabes porque te metes». La pasé fatal esa semana completa de multiaventura, pero lo peor es que yo fui quien decidió meterse solita en ese berenjenal.
Y lo de los barcos, ya no tiene nombre.