Este post está dedicado a la amistad. Esa que perdura en el tiempo como un hilo invisible en forma de afectos y recuerdos y que resurge con la misma fuerza… y cuando menos te lo esperas.
Había una vez un grupo…
Todo se remonta a finales de los 70´s en un barrio «de los mejores» de la Habana, Miramar. Éramos un grupo de niña/os muy heterogéneos en el barrio (era en la calle de atrás de mi casa). Todos casi teníamos la misma edad y éramos unos 15 en total. Como si fuera una mini ONU: mayoría de cubanos, varios guatemaltecos y una chica búlgara.
Algunos de los miembros del grupo en mi cumple nº 10
Yo miro a cámara con el horrible peinado a lo «tazón», el favorito de mi madre (¡¡¡Arggg !!!)
Hacíamos travesuras y cosas de niños; peleábamos, reíamos, nos divertíamos, descubríamos sitios, hacíamos trastadas … y en verano, compartíamos desde la mañana hasta la noche. Teníamos el mar a tan solo 50 metros así que era otra de nuestras favoritas actividades de ocio.
Teníamos toda una vida por delante.
La 1ª Punta, uno de los sitios donde solíamos bañarnos (no era exactamente así en esa época) / Fuente imagen: havanatimes.org
35 años sin saber nada de ti
Cuando terminamos los estudios primarios digamos que «nos dispersamos». En el caso de nuestra amiga búlgara ella se tuvo que ir a Bulgaria y no quedó ningún tipo de contacto o dirección a donde escribir. Pasaron muchos años y siempre pensaba «que sería de su vida».
Durante varios años me planteé ir a Bulgaria a ver si la encontraba. Pero no tenía ningún dato aparte de su nombre y apellido. Sin embargo no me hubieran valido para nada porque ella adquirió el apellido de su esposo al casarse (costumbre que yo desconocía).
Sofía Rila Plovdiv
Hasta que … llegaron nuestros 50 cumpleaños (a todos los miembros de ese grupo de niños) y a mi amiga búlgara le regalaron un crucero que también pasaba por Cuba. Eso hizo que volviera a su segundo país (y a sus mejores recuerdos) 35 años después.
Supongo que para ella «el choque de volver a Cuba fue brutal», y quitando esas emociones y vivencias tan fuertes, ese fue el punto de inflexión para que de pronto este grupo disperso se volviera a juntar de nuevo. Virtualmente.
El día que «contactamos» recuerdo que lloré. Tenía emoción contenida de tantos años por no poder saber nada de ella, alegría por volver a oír su voz y sentir su presencia después de tantos años. Teníamos que vernos… y más estábamos en el mismo continente, Europa.
Primer encuentro, Barcelona
Barcelona nos volvió a unir. Gracias a un «derbi» entre el Real Madrid y el Barca, mi amiga y su familia tuvieron más que motivos para ir de fin de semana a la ciudad condal. El Barca mueve mucha afición.
Fue la ocasión perfecta de poner a prueba nuestra amistad de tantos años, de validar si ese «algo» seguía existiendo entre las dos. Y vaya si estaba vivo: no parábamos de hablar, recordar y reír. Y para muestra …
Nuestra primera foto después de 35 años
En la playa de la Barceloneta
Estuvimos todo el día juntas (junto con sus hijos que luego se marcharon, y junto con mi marido) quién fue testigo directo de nuestro bonito reencuentro. Eran ya las 11 de la noche y casi que no queríamos despedirnos. Paseamos, comimos y cenamos, nos relajamos, tomamos vino, recordamos anécdotas varias, … y ese día el tiempo se dilató todo lo que pudo. Todo el universo se confabuló a nuestro favor.
Próxima parada, Bulgaria
Ya estaba decidido esa noche, tenía que ir a Bulgaria.
Quería saber de primera mano como era tu vida, tu barrio, tu entorno y retomar esos años perdidos. Y de paso… ayudarte a que practicaras tu castellano olvidado en las profundidades de tu mente, y que con el paso de los días, fue fluyendo primero con timidez y luego con fuerza.
Juntas por Vitosha Boulevard
Paseamos por tu Sofía querida, por rincones de tu ciudad, sitios que conocías bien, restaurantes con muy buena comida que me querías compartir, y de paso desempolvábamos, nuestros más bonitos recuerdos.
Degustando la gastronomía búlgara de primera mano Platos típicos
Otro día fuimos a la iglesia de Boyana (Patrimonio Unesco) y al Museo de Historia Nacional por recomendación de una de sus «vecinas». Juntas «desgranamos» el pasado y presente de tu país, la interesante historia de los tracios o el paso de los otomanos, y todo esto, combinado -cual cóctel caribeño- con nuestra vida común pasada en Cuba.
Iglesia de Boyana Un café donde teníamos unas vistas estupendas de Sofía a lo lejos
Luego me llevaste a tu casa, volví a ver a tus hijos y a tu esposo, incluso conocí a tu «piano». Por que la música es parte importante de tu vida. Yo tengo esos recuerdos musicales de Cuba cuando tu tocabas el piano, según tú, obligada por tu mamá.
Una familia «muy real»
Con los días ya fui entendiendo un poco más tu vida. Sin descifrar tu verdadero nombre solo diré que tienes nombre de princesa, uno de sus hijos se nombra como un importante noble y mecenas de la iglesia de Boyana. Todo como muy «de la realeza».
Famoso fresco de Boyana que alude a estos nombres reales
Paseamos por tu antiguo colegio, y donde luego han estudiado también tus hijos, casi que siguiendo la tradición. Recordamos a tus padres (a los que conocí en Cuba) o pasamos por delante de la iglesia donde te casaste.
¡Ha sido como un viaje en el tiempo y en el espacio!
Esta iglesia fue testigo de tu boda hace muchos años
Seguimos con nuestro «curso acelerado» para perfeccionar tu castellano, el cual iba progresando adecuadamente. Es increíble la plasticidad de nuestro cerebro, escondido en las profundidades estaba ese «idioma» que aprendiste siendo niña y que iba saliendo, cual borbotones, cada vez mas y mejor.
Excursión a Plovdiv
Fue genial que esos días en Bulgaria mi amiga tuviera un par de días libres. Y agradezco mucho que me los dedicara. Hicimos una excursión de un día a Plovdiv, en plan relax y sin ningún tipo de expectativa. Lo que surgiera. Y me confesaste que … hacia unos 15 años que no ibas a esta ciudad 🙂
Plovdiv … por fin «together» de nuevo Como yo soy «tan bajita» …. ella tuvo que ponerse a mi nivel jejeje 🙂
Pasamos un día genial en una ciudad preciosa que quedará como uno de mis mejores recuerdos de este país. Recorrimos el centro más histórico de la ciudad, hicimos monerías varias, comimos de maravilla y no paramos de disfrutar de nuestra «mutua compañía».
Desgustación de licores, de esos que pegan muy fuerte (Plovdiv)
Mi «Sade búlgara»
Una parte importante de su vida siempre fue la música. No solo forma a sus estudiantes sino que también «canta jazz». Le chiflan los clásicos como Aretha Franklin o Billie Holiday. Muchas veces la confunden, o le ponen parecido con la cantante «Sade» (de mis grandes favoritas), y si nos fijamos bien, tiene cierto «airecillo». Pero no la comparto con nadie, ella es mi Sade búlgara.
Su gran parecido con Sade, en versión búlgara
No imagino Bulgaria sin ti
Por eso amiga, este año una de mis enormes alegrías ha sido volver a tu vida y que tu hayas vuelto a la mía. Te he re-descubierto, ha sido tan fácil y fluido nuestro reencuentro, prácticamente seguimos siendo las mismas de siempre (un poco más «viejas» claro… 🙂 ).
You & me en precioso día en Plovdiv
Y solo decirte que nunca hubiera ido a Bulgaria sabiendo que estabas por allí y no hubiera podido verte. Solo nos queda la «ingente tarea» de volver a reunir a ese maravilloso grupo de la niñez para que nuestra felicidad sea ya completa.
Gracias por ser como eres.
© TU HOBBIE TU VIAJE
Un Cóctel de Viajes y Hobbies
Gracias por compartir con todos nosotros toda esta practica información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por esta web.
Saludos
Gracias por tus comentarios. Un saludo.
Que bello relato! Y lo mas importante es que todo es verdad pura.
Velislav
Así mismo es. Son recuerdos inolvidables de personas y sitios que nos marcaron.
Eres su hermano? Si es así, me alegra mucho saber de ti.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
Si soy yo. De nada. Ella me envio el link hace poco. Como todo relacionado con el viaje reciente a Cuba y la maravillosa historia de como Uds. todos se encontracon despues de tantos anos. No hemos cesado de hablar de esta parte del mundo y la maravillosa vida que teniamos ahi. Me va a llamar hoy y puedes imaginarte de que vamos a hablar.
Fue muy bonito nuestro reencuentro. De veras. Tu hermana es uno de mis mejores recuerdos de niña y la quiero como a una hermana. La estoy animando a que venga a Madrid. Tu también estas invitado por supuesto. Sería genial vernos todos. Y ya ir a Cuba todos sería lo más.
Un abrazo muy grande.
Ohh me emociono al leerlo de nuevo.