En mi reciente visita al magnífico Museo Nacional Thyssen-Bornemisza volví a recorrer parte de su «colección permanente». Resulta curioso que siempre que vas allí descubres algo nuevo, te quedas como paralizado ante algún cuadro -ya sea conocido o no- o simplemente siempre te impacta algo.
Me volvió a pasar, salí enamorada de pintores que no conocía (como el hiperrealista Estes), el placer de ver a otros que recordaba (Hopper por ejemplo) o ver de nuevo los clásicos de siempre. Pensé que sería genial hablar de algunos de los pintores realistas e hiperrealistas que han pasado de forma temporal o que están en este museo.
Realismo
Hopper
Este pintor realista americano no solo es de los más importantes sino que ha dejado una inmensa huella en este movimiento. Uno de sus cuadros más conocidos es Los noctámbulos. Capta de forma muy simple la realidad que ven sus ojos, sobretodo enfocado a la soledad del hombre contemporáneo, este cuadro está en el Art Institute of Chicago Building.
Los noctámbulos. Fuente imagen: wikipedia
En el museo Thyssen encontramos 2 de sus obras en la colección permanente. Él solía veranear en la zona Cape Cod y por ello una buena parte de su obra refleja estos sitios donde pasaba algún tiempo, por ejemplo la casa de su amigo Frank Lombard. Más abajo, el barco de otros de sus amigos con quienes navegaban.
Árbol seco y vista lateral de la casa Lombard, Hopper. Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
El «Martha Mckeen» de Wellfleet, Hopper. Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Antonio López
El 2.011 el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza organizó una muestra de este magnífico pintor realista y escultor, cuyo origen es Tomelloso, Ciudad Real. Tuve la inmensa suerte de asistir en ese año y conocer buena parte de su obra.
Gran Via 1974-1981, Antonio Lopez. Fuente imagen: Web Antonio López
El pintor refleja con gran detalle y realismo (se dice que demora mucho en terminar los cuadros) por ejemplo la ciudad que le acogió y donde se formó como artista, Madrid. Aquí muestra la Gran Vía, y en el cuadro más abajo, detalles de escenas cotidianas.
Hiperrealismo
No había visto «in situ» la gran obra de los grandes «hiperrealistas». Fue un movimiento que nació en los años 60s en Estados Unidos. Pintaban objetos cotidianos o escenas de la vida, utilizando como base la fotografía para la realización de sus obras.
En 2.013 se organizó en el Museo Thyssen una exposición temporal de los hiperrealistas («Hiperrealismo 1967-2012») con algunos de sus principales exponentes. Venían tanto de museos del mundo como de coleccionistas privados. De los que vinieron, se quedaron finalmente en el museo obras del autor Richard Estes, principal culpable de mi amor a primera vista por este singular movimiento artístico.
Richard Estes
Muestra su autor los espacios interiores y exteriores, reflejado en esta joya de cuadro, Nedick’s de 1970. Se trata de una obra en la que Estes empieza a ampliarnos la visión. Hay que fijarse en los detalles, entrar al lugar, salir, mirar por todas partes, los reflejos de los cristales, ver un poco más allá.
Nedick’s, 1970, Richard Estes Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Fue uno de los fundadores del movimiento fotorrealista. Sus cuadros pueden asemejarse a una foto, de hecho hay parte de verdad en esto, el autor ha utilizado una cámara de fotos para recoger y grabar la información a partir de la cual pinta, pero en ningún momento ha pretendido reproducir esas fotografías.
Su originalidad es precisamente que haciendo un montaje de varias fotografías forma la composición del cuadro. Fijaos en los reflejos de los cristales, buscar las otras partes del lugar que nos quiere sugerir o mostrar, que justo está a nuestras espaldas o delante de nosotros.
People’s Flowers, 1971, Richard Estes Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Y por último, el tercero de los cuadros expuestos, el genial Cabinas telefónicas. Situadas las cabinas en la confluencia de las calles Broadway, la 6ª Ave. y la calle 34. Es un cuadro bastante complejo, repleto de detalles, luces, sombras. Aquí parece que juega con el espectador.
Hay muchos reflejos, algunos más nítidos sobre el cristal y otros distorsionados sobre las superficies metálicas de las cabinas, tenemos una visual de 360º del lugar. Se puede reconocer (si eres de Nueva York) los letreros atrás, son de los grandes almacenes Macy’s y Woolworth.
Cabinas telefónicas, 1967, Richard Estes Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Los hiperrealistas nos dejaron huellas de paisajes urbanos, escaparates de tiendas, restaurantes de comida rápida, coches, motocicletas o auto-caravanas, bodegones contemporáneos ,… todos elementos de la vida moderna y cotidiana, escenas que parecen intrascendentes pero con un claro motivo artístico.
Os mostramos un buen ejemplo de otras buenísimas obras que nos dejaron.
Robert Bernardi
¿Una reunión de piruletas es posible? En este cuadro si.
Reunión, 2012, de Robert Bernardi. Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Don Eddy
Cuando se pinta un coche clásico como el VW, modelo escarabajo, el resultado final lo se convierte en arte.
Don Eddy, Sin título, 1971 Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Ralph Goings
Pintar bodegones de la época contemporanea, de pleno siglo XX, con objetos cotidianos de una cafetería como son el kepchup, azúcar, sal, mermelada, tabasco … es todo un «arte pop» que requiere de una gran maestría.
Ralph Goings, Los favoritos de América, 1989. Fuente imagen: Museo Thyssen-Bornemisza
Impresionante estos pintores. Aún parece que queda la duda que son fotografías, pero cuando te acercas te das cuenta de la genialidad de los mismos.