La semana de multiaventura leridana que os contamos previamente con la «experiencia de rafting» dio mucho de si. Otras de las actividades realizadas fue la de barranquismo. Se podría definir en como bajar el curso de un río saltando por rocas, bajando por cuerdas, reptando, … todo lo que encuentres a tu paso.
Por definición, el barranquismo sigue el curso del río (siempre en sentido descendente) y con sus múltiples dificultades y obstáculos. Para ello se diseñan previamente unos esquemas de toda la ruta durante el descenso donde se detallan número de toboganes, rappels, grado de dificultad, alturas, obstáculos.
Yo no me enteré de nada al mirar el esquema del barranco Berros, donde fuimos, y todo me sonaba a chino; intuía que podría ser algo muy peligroso (era de nivel medio-bajo) o al menos para una «urbanita como yo».
Aunque este no era de los más complicados, ante lo desconocido reaccionamos con cierto miedo y la verdad es que llegue al sitio de inicio del barranco «algo acongojada». Se me nota en la cara (tenía el casco azul … y más bien necesitaba salir corriendo de allí).

El equipo A listo para la actividad del día
Tienes que ponerte un «neopreno» de cuerpo entero porque te resguarda del agua fría del río manteniendo una misma temperatura ya que pasas casi 3 horas en el agua y puedes quedarte realmente helado.
Al inicio de la actividad, yo estaba algo nerviosa y por si las moscas, se lo comenté a uno de los guías (por seguridad) pero en cuanto pude tirarme desde el primer tobogán sin ver problemas, hacer uno o dos «rappels» con la cuerda y dejarme caer por las paredes (de culo) supe que no se me daba tan mal. Y sorpresa, el miedo poco a poco había desparecido. Quizás era la adrenalina que te pone eufórico.

Bajar por toboganes
Ellos te dan unas pautas de seguridad que son muy importantes. Como agarrarte a las cuerdas, como tirarte, etc. Hay que seguir las reglas.

Las medidas de seguridad, de lo más importante de esta actividad

Feliz cuando bajaba
Cuando ya parecía que habíamos acabado el circuito del descenso (había pasado más de una hora y media) el guía comentó que estábamos justo por la mitad del recorrido … «se me cayó el alma a los pies». Aún así hay que seguir de frente y seguir.

Momentos de relax … entre bajada y bajada

Rappelando
En un momento que tuve que deslizarme por las rocas, me resbale con una soga fija que tenía varios nudos equidistantes y me hice daño en uno de los dedos de la mano (que después necesitaron rehabilitación) pero en general todo se nos dio bien.
Todo el final del recorrido fue rodado y poco a poco fuimos disfrutando un poco más de la actividad y de los compañeros. ¡Aunque sinceramente … no lo volvería a repetir! Pase realmente miedo en algunos momentos y temía despeñarme. Gracias a que todo salió bien.

Buen equipo … ya estabamos cerca del final de la ruta
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