Hemos visitado infinidad de museos, si buceas por nuestro blog comprobaras que contiene muchas propuestas no solo de museos con cuadros espectaculares, clásicos u obras de artes imprescindibles, sino que también hay un espacio dedicado a “muestras curiosas o espacios alternativos” que resultan muy interesantes.

A esta lista de sitios curiosos, podemos añadir el Museo de las Brujas en la localidad navarra de Zugarramurdi, en el Valle de Baztán.

Hay una leyenda negra que circula con respecto a la brujería por esta zona. Hubo una importante “cacería de brujas” declarado por la iglesia, alrededor de unas 4.000 personas fueron perseguidas allá por el siglo XVII y fue una autentica locura.

Capturaron a muchísima gente acusados de brujos, con historias detrás que eran como espeluznantes: aquelarres, sacrificios humanos, reuniones paganas o incluso orgías…

En el pueblo de Zugarramurdi, en las afueras del pueblo hay una cueva donde se dice que se realizaban todos estos ritos. La mayoría de los condenados y perseguidos fueron directamente condenados a ser quemados en la hoguera, o torturados cruelmente por orden de la Inquisición.

No solo se perseguían a brujos sino a todo tipo de alquimistas, herboleros o demás personas que hacían de la “ciencia” un uso diferente. Tenían conocimientos de plantas, de frutos y conocían muy bien todas sus propiedades curativas o usos medicinales. Eso provocaba resquemor, miedo e incluso una completa ignorancia en quienes los condenaban porque, según ellos, pervertían los valores de la fe cristiana según el Santo oficio.

Las brujas eran consideradas muy malas, capaces de realizar crímenes horrendos y con capacidades increíbles para hacer el mal. Con sus malas artes hacían pócimas, ungüentos o conjuros, males de ojo.

En el Valle de Baztán es común encontrar en las entradas de las casas un amuleto para defenderse de los poderes de las brujas, es una flor de cardo silvestre (eguzki-lore) que alejaba a las brujas del lugar.

Sin embargo a pesar de relegar a la mujer con conocimientos y sabiduría solo al nivel de una «bruja», por otro lado, se reivindica en la mitología vasca que las mujeres tenían una “sabiduría ancestral”. Eran no solo el sostén de su familia, con conocimientos pasados de generación en generación, sino portadoras y transmisoras de esos conocimientos.

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