La Tomatina de Buñol es una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional en España por su grado de participación e importancia, y se celebra cada año en el municipio valenciano de Buñol, cada último miércoles del mes de agosto (este año toca el 26-agosto-2015).
Para entendernos, esta fiesta y la de San Fermín en Pamplona quizás sean las más fiestas conocidas del panorama nacional y a nivel internacional (o como se diría, están repletas de extranjeros venidos de todas partes y de «guiris», esta especie endémica de extranjeros de habla inglesa)
El origen de esta fiesta se remonta a 1945 cuando unos jóvenes al paso del «desfile de gigantes y cabezudos» querían participar también en el evento (a su manera) y terminaron empujando a los gigantes. Uno de ellos cayó accidentalmente al suelo y al levantarse, comenzó a pelear con todo el que se encontraba por allí. Por casualidad había por el lugar un puesto de verduras y hortalizas y todos cogieron lo que tenían a mano, los protagonistas absolutos de la trifulca «fueron los tomates».
Al año siguiente los jóvenes repitieron el episodio, sólo que esta vez llevaron los tomates desde casa. De nuevo fueron retenidos por la policía, pero tras repetirse cada años estos altercados ya casi oficiales, quedó instaurada como parte integrante de la fiesta, aunque de modo no oficial sino oficioso.
Además de lanzar tomates, se tomó como costumbre «rociar con agua» para refrescar a los presentes ó meter en las fuentes del pueblo a los rivales. El Ayuntamiento no aprobaba de manera oficial estas batallas, así que en 1955 en señal de protesta se editó lo que llamaron: «El entierro del tomate», similar al conocido «Entierro de la Sardina» de los carnavales. Salieron en procesión portando un ataúd con un gran tomate, acompañados por la banda de música que interpretaba marchas fúnebres a su paso.
Ya en el 1959 se aprobó la celebración de la ésta festividad con tomates incluidos y en la actualidad es el propio Ayuntamiento quién organiza, promociona este día y provee de los tomates a la fiesta.

Logo del evento. Fuente: http://latomatina.info/
Además del paso de los camiones repleto de tomates, se realizan otros eventos. Uno de ellos, el «palo jabón», similar a la conocida «cucaña· Consiste en subir un a poste de madera enjabonado donde en lo alto hay un «jamón» enganchado como premio. Una vez que alguien es capaz de soltar el jamón del palo, no solo se queda con el jamón, sino que ahí es donde se da la señal de inicio para la fiesta de «La Tomatina».
Suena la primera carcasa donde varios camiones comienzan a lanzar los tomates en la plaza prinicpal del pueblo, su duración hasta que suena una segunda carcasa anunciando el final. Cuando termina el lanzamiento de tomates, toda la plaza queda bañada de «rojo» y todos los implicados se bañan con las mangueras que les ceden los vecinos para deshacerse del tomate pegado al cuerpo.
He aquí una serie de consejos para que paséis esta fiesta lo mejor posible:
– No ponerse chanclas, sino más bien zapatillas cerradas que luego podáis tirar.
– Poneos una ropa que luego la desecháis porque después de la «Tomatina» no valen para más
– Llevar unas gafas de bucear transparentes para proteger los ojos, pues puede picar el tomate.
– Si quieres tirar fotos, lleva una cámara acuática -o con protección a prueba de líquidos
– Intenta pasar desapercibido para que no seas «un blanco perfecto»
El ayuntamiento de Buñol ha elaborado unas reglas básicas a cumplir durante el evento; necesarias para que la fiesta se desarrolle sin ningún tipo de problemas: no portar botellas ni objetos que puedan provocar accidentes, los tomates deben ser aplastados antes de ser lanzados para que no dañen a nadie, hay que tener cuidado al paso de los camiones y se debe de dejar de lanzar tomates cuando suene la segunda carcasa.
Actualmente la organización de la fiesta es quien gestiona y vende las «entradas» para entrar y acudir a la fiesta. Debes visitar su página oficial y ver que opciones tienes.
La Tomatina de Buñol ha inspirado otras «celebraciones similares» en otras partes del mundo: desde la localidad colombiana de Sutamarchán, al pueblo San José de Trojas, en Costa Rica hasta la localidad de Dongguan, situada en el sur de la provincia de Guangdong en China. Unos por contar con excedente de tomates, otros por vivir la misma experiencia de esta original fiesta pero esta claro que nuestra «Tomatina» nacional es única y merece la pena vivirla una vez.
Que haces todavía leyendo este post, vete corriendo a Buñol…. que ¡¡¡ya suena la primera carcasa!!!
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