Estados Unidos es un país que depara grandes sorpresas al viajero. Muestra de ello fue en nuestro recorrido por la Costa Este que incluyó ciudades tan diferentes y a la vez, atractivas tales como Nueva York, Washington o Filadelfia.
En esta última ciudad, Filadelfia (que pertenece al estado de Pennsylvania) fue no solo «una gran sorpresa y agradable» sino a tan solo 1 hora en tren (en esos famosos trenes color plata de marca Amtrak, esos que salen en las películas americanas) te encuentras de repente con otro mundo, uno singular en la ciudad de Lancaster y alrededores. Estamos en tierra de los amish o como le llaman “Pennsylvania Dutch Country”.
Lancaster es donde viven esta comunidad de personas que eligieron otro «modo de vida» y que se remonta a épocas pasadas. Tienen sus propios códigos y hábitos de vida que parece que «no son de este mundo» .
Creen firmemente en los escritos del Nuevo Testamento (rama de los cristianos anabaptistas), eligen sitios alejados de las grandes urbes, defienden valores como la sencillez, humildad, el trabajo y la vida pacífica. ¿Quién no recuerda la conocida película de Harrison Ford, «Único testigo» ? Fue una publicidad a esta comunidad de personas.
Sus orígenes provienen de alemanes o suizos de habla alemana que emigraron a los Estados Unidos. Su población actual es de más de 200.000 personas repartidas por todo el país y aquí en Lancaster es la segunda en importancia del país.
Llevan una vida sencilla, sin lujos ni vicios, viven de lo que les da la tierra, son granjeros, negociantes, comerciales, etc e intentan mantenerse lo más ajenos posible al llamado «progreso y modernidad».
Costumbres de los amish
Se les distingue enseguida, por sus vestimentas y sus maneras de ser. Los hombres llevan trajes (cosidos a mano y de colores oscuros), sombreros negros o de paja… y generalmente si son padres de familia llevan barba. Mientras, las mujeres van con vestidos sencillos, sin ningún tipo de complemento, con colores poco brillantes y sin atisbo de estar a la moda. Una de sus peculiaridades es que no usan botones y complementan su atuendo con unos delantales y una cofia blanca en la cabeza.
Generalmente son amables y educados en su trato pero intentan relacionarse solamente entre ellos, es normal que hablen contigo -viajero- solamente en términos estrictamente profesional o de negocios. No son una «comunidad abierta» así que ni esperes tampoco que te abran las puertas de su casa.
Por lo general su trabajo diario esta bien diferenciado. Los hombres se dedican a labores agrícolas, trabajos artesanos, a conducir los coches de caballos (los famosos «buggy rides») mientras que las mujeres se dedican a las tareas del hogar, a vender comida (venden sobretodo productos caseros de repostería), objetos de artesanía o souvenirs, frutas y verduras, entre todos. Tienen un arraigado «concepto de familia» y entre ellos se ayudan mutuamente dentro de la comunidad.
No tienen ningún tipo de tecnología moderna porque lo prohíbe su religión pero también sorprende que tienen un carácter bastante práctico. Su religión les prohíbe que incluyan la electricidad porque es una «conexión con el mundo exterior»; en su lugar usan baterías o bombonas de gas.
Si necesitan un teléfono (para emergencias) se suelen ver en algunas casas cabinas de teléfono en las afueras de la casa. Y para evitar todo tipo de tentaciones y si lo necesitan para su trabajo, pueden contar con un ordenador (o «portátil») que le llaman «plain» o sea, sin Internet ni accesos al mundo real.
Sus casas suelen ser enormes, con amplios espacios construidos por ellos mismos. Conviven todas las generaciones de la misma familia. Se cuida a las generaciones más veteranas, así por ejemplo el dormitorio o acceso principal de la casa se va dejando paso a quién lleve el peso del negocio o de la casa, y a su vez, se hacen cargo del cuidado de sus progenitores.
Los niños suelen ir a una escuela organizada y regentada por ellos mismos, también tienen la opción de que los eduquen sus propias madres en casa. Cuando pueden, los hijos adolescentes se incorporan a las mismas labores de sus padres, por eso es común verles siempre en familia y muy unidos en sembrados, negocios, los buggy rides, etc.
Le dan la opción a sus hijos de elegir este tipo de vida. Tienen hasta los 16 años para pensárselo. Y resulta curioso que muy pocos eligen la vía de vivir otra vida. Será por aquello que dice que «Si algo funciona bien, por que cambiarlo».
Que ver en Lancaster y alrededores
Una vez que llegas a la ciudad tienes varias opciones. Ver y disfrutar la ciudad tranquilamente, visitar sus tiendas, ir al mercado central, comprar productos -orgánicos y naturales-, cultivados por ellos, también cuentan con museos, teatros, etc. También hay restaurantes que ofrecen comida típica (que aluden a sus orígenes germanos p.e. pretzel o rosquilla alemana, salchichas, etc) y tomar sin dudas, lo mejor de todo, su excelente repostería.
Hay tiendas que venden una famosa manta o edredón artesanal, cosida a mano por ellos mismos y que se ha hecho muy famosa, la denominada quilt. Como las mujeres se hacen su propia ropa y la de toda la familia, aprovechan los retales o trozos de telas que les sobran. Algunos quilt son auténticas obras de arte y se venden a precios bastante elevados.
Una vez que has visto la ciudad lo que te recomendamos es que te muevas por el Condado de Lancaster para ver «in situ» como viven. Hay varias opciones para recorrerlo: puedes alquilar un coche y te recorres algunos pueblos de la zona como son Paradise, Bird in Hand o Intercourse. Te montas en un «buggy ride» -regentados por ellos mismos- para pasear como un auténtico amish. O contratas una «Experiencia Amish»… eso fue lo que hicimos nosotros.
A lo largo de las carreteras 30 o la 340 se encuentran algunos de los sitios más interesantes del paseo, farmer markets que son mercados de ellos mismos con una oferta muy amplia de frutas, vegetales, quesos, mermeladas caseras, flores, etc.
Puedes ver sus casas, el paisaje alrededor, su entorno de trabajo, grandes construcciones donde se guarda paja, alfalfa, granos (los llamados «silos»), innumerables sembrados de cultivos (principalmente el tabaco), anuncios de sus propios negocios de comida, tiendas de souvenirs, repostería, etc. Se ganan la vida con sus propios recursos.. y no les va mal, son una comunidad bastante prospera.
Amish Experience
Existe este sitio más para turistas para conocerles un poco mejor, es la Granja Museo de los Amish, muy cerca de Lancaster. Hay una antigua casa de una familia amish donde se recrean su modo y rutinas de vida, las habitaciones, un aula de colegio, su vestimenta y te explican un poco más de sus costumbres y tradiciones.
Incluye un recorrido en un minibus por toda la zona donde viven y la visita a sus tiendas.
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Un cóctel de hobbies y viajes
Acostumbro cada mañana buscar posts para pasar un buen rato leyendo y de esta forma me he tropezado vuestro articulo. La verdad me ha gustado el articulo y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
Saludos
Pues muchas gracias y espero que le gusten de los destinos que tenemos. Un saludo y gracias.