«Un mapa no es un territorio»…
Esta frase se le atribuye a Alfred Korzybski, quién sentó los cimientos de la Programación Neurolingüística -PNL-, técnica que pretende «poner en orden» nuestra interpretación de la realidad.
Es una terapia alternativa surgida para educarnos en la autoconciencia y para la más efectiva comunicación y relación con nuestras emociones, modelos de comportamiento, pensamientos y en la manera en que lo exteriorizamos por medio del lenguaje.
¿Y os preguntareis que relación tiene ésto con hacer una»Sadhana»?
En la 1ª sesión de Sadhan Síntesis (definida como «práctica espiritual o conjunto de prácticas para conseguir una meta») nuestro maestro (guía, gurú o como queráis nombrarle) intentaba «abrirnos nuestra mente» con esta frase. Quería provocarnos una reacción, revolucionar nuestros pensamientos, meditar sobre lo que somos nosotros mismos, reinterpretarnos … Nos quedaba claro que un mapa no es un territorio.
Nuestros niveles de conciencia -emocional y mental- son «parte importante de nuestras vidas», que nos distingue y diferencia del resto. Podemos almacenar datos, pensamientos, emociones, sensaciones, etc todo tipo de información desde que nacemos y así durante nuestra existencia.
Toda la información que podemos recopilar desde el exterior a través de nuestros sentidos, raciocinio, intelecto, filtros, etc vamos incorporando un mayor grado de conocimientos sobre la realidad, la memorizamos, captamos todo como si fuéramos unas «esponjas» y no solo lo incorporamos a nuestra vida sino que lo vamos reinterpretando según vamos viviendo. Es un proceso en continuo crecimiento.
No deja de ser una interpretación y por eso le añadimos filtros, matices, colores, formas, realidades. Vamos recomponiendo la realidad, la distorsionamos, la modificamos y la ajustamos todo a nuestra conveniencia. Es una «realidad» que a su vez no es única, tiene otras múltiples realidades.
Así vamos creando nuestro propio mapa mental, nuestras direcciones, destinos, sitios o rincones e incluso, aquello que no queremos no lo incluimos. Nuestra mente no solo asimila sino que clasifica y todo el tiempo, va discriminando. Todas estas interpretaciones varían las vivencias, experiencias, prácticas, conocimientos.
El tercer ojo -Ājñā akhya-
Ubicado en nuestro «entrecejo» es un importante chakra (uno de los 7 centros energéticos del cuerpo) que como su nombre indica significa sabiduría o grado de conocimiento a través del entendimiento.
El tercer ojo nos conduce a unos estados de conciencia superiores, a percibir mejor la realidad, a dejarnos llevar por nuestra intuición, nos da una especie de percepción sutil, no visible, intangible, algo que va más allá de lo palpable.
Está representado por una flor de loto de dos pétalos. Sobre el centro de la flor se asienta el universo, el infinito, el cosmos. Y aquí convergen dos fuerzas imprescindibles y opuestas, la fuerza solar («pingala») y la lunar («ida»). Ambos son conductores de la energía vital por nuestro cuerpo -o el llamado «Prana»- que además nos conecta con la energía del universo.
El sonido que representa este chakra es el sonido del absoluto, de la conciencia superior, el sonido más universal, el Ohm. De alguna manera nos une por «un hilo invisible con el amplio universo».
Cómo se puede despertar el tercer ojo
Trabajar con este centro energético tan importante es un camino que nos conduce a intentar percibir más allá de lo evidente. Hay múltiples técnicas para activarlo, potenciarlo, incentivarlo o simplemente despertarlo en nuestro ser.
Las primeras prácticas del Sadhana consiste precisamente en trabajar y despertar el tercer ojo. Debemos incorporar unos «ejercicios» a nuestra rutina diaria de vida, preferible antes de amanecer donde nuestros sentidos estén más despiertos y atentos.
Hay que realizar previamente un neti (o «purificación de las fosas nasales») para dejar nuestro cuerpo limpio y libre de impurezas. De la forma que activamos «nuestro tercer ojo» es por medio de mudras (gestos psíquicos), asanas (las llamadas «posturas físicas»), posturas y sesiones de relajación y meditación, pranaiama (o «control de la respiración»), etc.
El orden de los ejercicios concretos de ésta práctica son:
ANULOMA VILOMA: O la llamada «respiración alterna».
Su objetivo es respirar de igual manera por ambas fosas nasales para que así se equilibre la circulación del «prana» por todo nuestro organismo. Un desequilibrio en «ida» produce frío y una bajada del metabolismo del cuerpo. Un desequilibrio en «pingala» aumenta el calor del cuerpo y produce problemas mentales y nerviosos.
TRATAKA: Conseguir una mayor concentración de nuestra mente.
Consiste en «mirar fijamente» sin parpadear o pestañear los ojos a un objeto fijo. En nuestro caso la elección era «la llama de una vela». Al fijar así fijamente nuestra mirada se estará trabajando en la mejora de la concentración.
SHAMBAVI MUDRA: O también llamado «gesto psíquico de la consciencia».
Enfoca nuestra vista hacia el entrecejo, ya sea con los ojos cerrados o abiertos. Se complementa con la vibración del sonido Ohm dirigido también a éste chakra. Con esta práctica se consigue estabilizar y calmar nuestra mente, activar el chakra y mejorar nuestra capacidad de concentración y relajación.
AJAPA JAPA: Consiste en la combinación y sincronización espontanea de la respiración con el poderoso mantra (p.e el SO HAM).
Una respiración que comienza de manera «consciente» a la par del mantra y que poco a poco, con la «repetición» se convierte en un proceso espontaneo, natural. Tiene varias fases (hasta 6) que se van completando a medida que vamos evolucionando y donde se debe conseguir que la sincronización sea natural.
La «conciencia testigo»
Todo fin de una acción es una reacción, una trasformación. Con la realización de una «Sadhana» pretendemos cambiar aspectos de nuestras vidas que no nos gustan, conseguir un crecimiento personal, un equilibrio, una estabilidad. No siempre se consigue pero el objetivo que sigamos buscando técnicas o prácticas para que formen parte de nuestra rutina de vida diaria.
El origen de nuestros males están en nuestros pensamientos, emociones, sensaciones, acciones. El cómo podamos «independizarnos» de los efectos negativos de nuestra mente o pensamientos negativos se consigue con la atención y aplicación a nuestra vida del desarrollo de la conciencia testigo. ¿Que significa exactamente esto?
Somos testigos directos de nuestros pensamientos o actos, los aceptamos, los entendemos y debemos ser capaces de rechazar (desde una actitud de no estar involucrados) todo lo que sucede a nuestro alrededor, de intentar no ser protagonistas directos de la historia sino testigos imparciales y el poder separarnos de las emociones o pensamientos más primarios. Debemos en definitiva, tener una actitud desde la aceptación y observación sin juzgar ante nuestras emociones, pensamientos y sensaciones.
Así podremos desde la distancia los problemas creados por nuestra mente, decepciones, juicios de valor, emociones negativas y lo enfocamos desde otra perspectiva. Una vez que volvamos al equilibrio, a divisarlo de lejos, los problemas se harán más pequeños, los pensamientos más positivos y nuestra vida mucho mejor.
Por tanto, la tarea es desarrollar una conciencia a un nivel superior, saber distinguir y educar nuestros pensamientos para conseguir así el perfecto equilibrio. Con todas éstas herramientas seremos capaces de trazar nuestro propio mapa donde cada día sea un nuevo amanecer …y un día mejor que el anterior.
© TU HOBBIE TU VIAJEUn Cóctel de Viajes y Hobbies
Pingback: Construyendo nuestro yantra, grupo Agya | Tu Hobbie Tu Viaje