AMÉRICA, CUBA
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Mis sitios favoritos de Ciudad Habana, el Vedado – Parte 2

Si en el anterior paseo nos centramos por la zona de la calle 23 y L, la zona de la Rampa y las inmediaciones del Hotel Nacional, en ésta nos movemos por otra parte del Vedado.

Al barrio del Vedado (oficialmente municipio «Plaza de la Revolución») la atraviesan arterias principales que parten del Malecón y en su extenso recorrido hay zonas residenciales, amplios espacios verdes, avenidas anchas y zonas de paseo o espacios de ocio. Se diseñaron desde sus inicios grandes avenidas que atravesaban el barrio; calles paralelas al malecón (Línea, Calzada, Calle 23) y calles perpendiculares que las cortaban (calle Paseo o Ave. de los Alcaldes, calle G o Ave. Presidentes).

Calle Paseo vista desde la Plaza de la Revolución

Calle Paseo vista desde la Plaza de la Revolución *

En las inmediaciones de la costa, es posible que muchos cubanos lo desconozcan pues cuando no estaba el malecón existieron balnearios o zonas de baño.

Balnearios como El Progreso, Baños de Carneado o Las Playas. Paralelos a la costa desde la Calle G hasta la calle 6 la gente se bañaba en «pocetas de mar» que eran privadas,  solo para mujeres o hombres y para familias completas. Con la culminación de la obra del malecón habanero, desaparecieron todos éstos.  

Pocetas como éstas servían de baño

Pocetas como éstas servían de baño antiguamente *

 CALLES PERPENDICULARES AL MALECÓN
Calle Paseo

Lo primero que nos apreciamos en la esquina de Paseo y Malecón es la presencia de un hotel moderno y que destaca, el Riviera. Contó con el casino más grande de Cuba, fundado en 1956 por el mismísimo gangster Meyer Lanski. Su diseño es bonito, funcional (todas las habitaciones tienen vistas al mar), un cuidado diseño interior y unas vistas impresionantes al malecón.

A su lado fue construido sobre los años 90s otro hotel. Se erigió al lado del Riviera y casi como emulándolo, es el hotel Melía Cohiba, punto de encuentro de muchos habaneros, sobre todo para bailar salsa en su conocido bar-cabaret Habana Café.

Desde este punto vamos subiendo por la amplia calle de Paseo y nos vamos impresionando lo bien planificada y diseñada que fue esta parte de la ciudad. En perfecta convivencia con el entorno se mezclan edificios altos y modernos, casas coloniales; se combinan estilos de todo tipos ecléctico, art noveau, art decó, neo clásico. 

En la confluencia de Paseo y la calle 19 se puede desviar Ud. por esta última calle -unas 2 calles a la izquierda- para vivir «como algo curioso y típico» el ambiente de un Mercado Libre Campesino -o Mercado Agropecuario. El «cubano de a pie» acude allí cada sábado para comprar productos del campo que trae directamente del campesino: verduras, frutas, hortalizas, viandas, granos, etc.

Tomamos aire y retornamos a nuestro «Paseo por Paseo». Seguimos subiendo donde «cada vez nos cuesta más» pues la distancia del Malecón hasta la Plaza de la Revolución es de unos 3 km y todos cuesta arriba.

A nuestra izquierda, a punto de llegar  a la Plaza -lugar histórico en el período revolucionario y más reciente de Cuba- reconocemos la silueta del Teatro Nacional, espacio especial para la música clásica, salas de conciertos, obras de teatro, danza, etc. 

Pasamos de largo por la Plaza de la Revolución para divisar el edificio de la Biblioteca Nacional. 

Creada en 1901, sus primeros libros fueron donados por D. Domingo Figuerola Caneda (sobre todo  bibliógrafo y periodista) quién tenía una importante colección privada de 3.000 libros. Muchos intelectuales de la época siguieron su ejemplo y legaron parte de sus títulos para ir aumentando los fondos de la biblioteca.

Y hasta aquí llegamos a nuestro «fin de trayecto» por la calle Paseo.

Calle G o Avenida de los Presidentes

La otra calle importante que parte desde el Malecón es la Avenida de los Presidentes ó simplemente calle G.

Las calles del Vedado están organizadas por letras y números. Una vez que le vez la lógica te ubicas enseguida. Las letras empiezan a partir de la calle Paseo (letras A, B, C, D… hasta la calle O) y  son paralelas entre ellas en dirección hacia el Hotel Nacional, donde terminan. Los números comienzan en las calles paralelas siguientes al malecón, son impares p.e 1ª, 3ª, 5ª… y van en dirección hacia la Plaza de la Revolución.

La calle G -similar a la calle Paseo- tiene anchas aceras, modernos edificios y todo tipo de construcciones para viviendas o negocios. Lo primero que vemos (Malecón y G) es un edificio residencial de color «gris hormigón» con una estructura singular, premio de arquitectura de su época: el edificio Girón, ejemplo de innovación constructiva en Cuba.

A 100 metros, la Casa de las Américas, todo un referente de institución cultural para Latinoamérica. Su intensa labor desde su fundación ha sido divulgar, publicar y premiar a los intelectuales latinoamericanos (artistas, escritores, dramaturgos, músicos, pintores, etc) y darles mayor visibilidad y voz propia en el resto del mundo.

Singular edifcio de la Casa de las Américas

Singular edificio de la Casa de las Américas – Fuente: Wikipedia

Si seguimos el recorrido en ésta avenida nos topamos con «una estatua singular» dedicada a uno de los ex-presidentes de Cuba, Tomás Estrada Palma, quién quería la anexión de Cuba a los EEUU y parece que este hecho levantó «ronchas» entre la población. Cuando triunfó la Revolución un grupo de habaneros descontentos con la presencia de esta estatua, la derrumbaron a golpes y mazazos, de ésta solo quedaron «sus zapatos» que fueron imposibles de quitar. 

Justo enfrente de un «singular monumento de los zapatos» destaca el hotel Presidente que fue inaugurado en 1925 y fue uno de los «primeros rascacielos» que se construyeron en la ciudad. Conserva un «color rojo» en su fachada que lo ha hecho ser fácilmente reconocible.

En la Ave. de los Presidentes como si no, hay «estatuas de presidentes». Encontramos de líderes latinoamericanos p.e figuras como Simón Bolívar, Benito Juárez, Salvador Allende. Heroes de la guerra cubanos como Calixto García (estatua ecuestre) o un monumento dedicado a uno de los primeros presidentes de la isla, José Miguel Gómez, figura querida en Cuba y también héroe de la «Guerra del 95». 

 CALLES PARALELAS AL MALECÓN
Calle Calzada

La calle Calzada es paralela al malecón y por número le corresponde la calle 7ª.
La puede Ud. empezar desde el «final del malecón a la salida del Túnel de 5ª Ave.» y en tu viaje entre residencias, parques puedes toparte con sitios «clásicos» o conocidos por los cubanos» como clubes nocturnos («Club Imágenes»), teatros alternativos como el «Hubert de Blank» y el auditorio «Amadeo Roldán». 

El auditorio Amadeo Roldán inaugurado en 1928 fue el espacio dedicado en la capital a la música clásica, sinfónica, ópera o zarzuela. Vinieron a cantar los mejores tenores, sopranos o cantantes líricos de la época. Grandes figuras como Renata Tebaldi, Mario De Mónaco o Victoria de los Ángeles pasaron por este histórico auditorio. Representaciones de lujo como «Otelo», «Payasos» o «La Traviata» fueron disfrutadas por un público cubano entregado, conocedor y seguidor de estos géneros musicales.  

Calle Línea

Paralela a la Calle Calzada nos encontramos con la siguiente calle: la  o la calle Línea.
Debe su nombre a que en otra época había una «línea de tranvía» que atravesaba toda la calle hasta el malecón. En este calle se concentraban antaño cafeterías para merendar como eran El Potín, El Jardín (que no sabemos si siguen en pie); cines como el Trianón, galerías de arte como la «Galería de la Habana» y justo desemboca en el malecón habanero, enfrente del famoso Monumento del Maine.

También hay otros «lugares no muy conocidos» en ese trayecto, siguiendo la calle Línea y desviándose por la calle I, al menos merecería la pena saber de su existencia. Ver la Sinagoga Beth Shalom considerada «sede de la comunidad judía» que radica en toda Cuba y donde se realizan ceremonias, bodas, circuncisiones ó ritos para los más jóvenes (Bar / Bat Mitzvas).

Calle 23

Volvemos a la calle 23 pero esta vez vamos desde la otra punta contraria al malecón: el final del puente sobre el río Almendares. Con una distancia de 4,2 km en total se encuentran las mejores salas de cines de la capital. Y casi todos se incluyen en el «circuito de cines» del Festival de Cine Iberoamericano de la Habana que cada año se celebra en la capital.

En 1958, la Ciudad Habana en América Latina la que tenía más cines por metro cuadrado. Podemos hablar de los cines como La Rampa, Yara, Riviera, 23 y 12 o la Cinemateca de Cuba; aunque no sabemos si a fecha actual muchos han echado ya el cierre. 

Una estatura y un parque llamativo dentro de la calle 23 es el monumento a un clásico de la literatura, hablamos del Parque del Quijote. Buena representación del famoso personaje de Cervantes, con la visión de un artista cubano.

Homenaje al Quijote

Homenaje al Quijote**

Queríamos por último hablar de dos rincones emblemáticos de la ciudad.

Cementerio de Colón

El Cementerio de Colón es un como un gran «museo al aire libre», considerado uno de los más bonitos del mundo. Fue inaugurado en el año 1871 con amplia variedad de mausoleos y panteones, estatuas, esculturas y quizás solo superado en tamaño y monumentos por otros dos famosos, según dicen los entendidos, el Staglieno en Génova (Italia) o el de Montjuïc (Barcelona). El caso que os recomendamos darse un paseo porque merece la pena.

Las tumbas más visitados del cementerio es la de Amelia Goire («La Milagrosa») donde muchas personas peregrinan con el deseo de ser futuras mamas. Otra tumba famosa es la de un hombre que lo enterraron de pie, Casimiro E. Rodríguez Carta, y por petición propia, además con una pistola en cada mano y 100 pesos de la época en el bolsillo.

Plaza de la Revolución

Fue creada la Plaza de la Revolución en tiempos del presidente Batista y llamada en sus inicios «Plaza Cívica». Sus dimensiones son enormes, 72.000 metros cuadrados. Sin embargo cuando realmente se hizo famosa fue con la entrada de los rebeldes revolucionarios ese 1º de enero de 1959 -que inició la ya longeva Revolución Cubana-, es el sitio más simbólico de las manifestaciones revolucionarias con la figura de Fidel Castro a la cabeza.

En el centro de la plaza está el Monumento a José Martí del escultor Juan José Sicre. Consta de una torre en forma de estrella con 141 metros de altura y es el punto más elevado de la ciudad.

Abajo, al pie de la torre está la estatua de Martí rodeada por 6 columnas (cada una representaba una antigua provincia de la isla de Cuba) y como si fuera el mismísimo «pensador de Rodin versión a la cubana», Martí contempla lo que sucede a su alrededor. 

En la base del Monumento hay un museo con varias salas de exposiciones y entre éstas,  una permanente sobre el poeta nacional, como también se le conoce. En el recinto hay un mural de cerámica veneciana del artista Enrique Caravia con el «verde» como protagonista (igual que los campos de Cuba) y donde están inscritos en oro «89 pensamientos de nuestro héroe nacional» .


 © TU HOBBIE TU VIAJE
Un Cóctel de Viajes y Hobbies

 *  imágenes cedidas por L.E.N
** imágenes cedidas por J.M.S

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  1. Pingback: Trilogía sucia de la Habana | Libros | Inspiración viajera

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