Viajar por avión te expone a una serie de factores que pueden afectar tu salud. Una de las más conocidas y molestas son los efectos que produce el “Jet-Lag”, palabra inglesa que significa que padeces una especie de «desfase horario» y no es más que una alteración de tu “reloj interno” que se vuelve irregular cuando cruzas varios husos horarios en poco espacio de tiempo.
El “Jet-Lag” puede causarte malestar general, trastornos en la función intestinal, somnolencia, dificultades para dormir por la noche, fatiga, ansiedad e incluso reducción de tus facultades físicas y mentales. Sus efectos a menudo se suman al del habitual «cansancio» ocasionado por el propio viaje.
Por eso debemos estar preparados para los inconvenientes que te produce un viaje (sobre todo de larga duración) y por eso te damos una serie de recomendaciones para reducir al mínimo sus efectos.
Antes del viaje
- Adaptarte al “cambio horario” antes de viajar, si puedes un par de días antes, mejor.
- Si viajas hacia el “Este” adelanta una hora para irte a la cama como para despertarte; si viajas hacia el “Oeste” justo lo contrario, retrasarlo.
- Descansa todo lo posible antes del viaje, para que la falta de sueño posterior sea más leve.
- No consumas ni cafeína u otros productos estimulantes al menos en unas 4-8 horas antes del viaje ya que puede alterar «tu ciclo de sueño».
Durante el viaje
- Toma comidas ligeras para favorecer buenas digestiones y menos pesadez.
Los carbohidratos facilitan el sueño y las proteínas son estimulantes así tendrás que ingerir el tipo de alimento u otro según sea conveniente. - Limita el abuso del consumo de alcohol durante el viaje. Su consumo produce más orina y por tanto, más veces que tienes que interrumpir tus horas de sueño.
- Bebe agua, mientras estamos en el avión es bueno hidratarnos el máximo posible.
Después del viaje
- Habituarte a dormir en las “horas normales” en tu destino final de viaje, aunque sigas con el ritmo de tu destino anterior y evitar dormir durante el día.
- Mientras más rápido te adaptes a las condiciones de luz y oscuridad en tu destino de viaje, mejor será la adaptación.
Si sigues estos simples consejos conseguirás reducir de forma efectiva los trastornos del “jet-lag” y hacer más llevadera tu estancia. Donde quiera que estés.
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