AMÉRICA, CUBA
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Mis sitios favoritos en La Habana Vieja – Parte 2

Una vez que hemos endulzado nuestro recorrido en el Museo del Chocolate (Mis sitios favoritos en La Habana Vieja-Parte 1) continuamos por la calle Mercaderes hasta desembocar en la Plaza Vieja.

Después de varios años de rehabilitación esta plaza se ha convertido es un espacio ideal para descansar, disfrutar del paisaje o de sus terrazas o bares. La plaza es cuadrada con casas de estilo colonial de dos alturas, grandes soportales, ventanas de medio punto hechas de madera noble, persianas tipo «venecianas» como le dicen en Cuba y vitrales de colores o rejas y balcones de hierro.

En el centro de la plaza, hay una réplica de su fuente original y múltiples sitios para comer o beber algo. Suelen abundar en la plaza –como en  tantos sitios turísticos de la zona– las típicas mulatas con sus vestidos o atuendos coloniales, y se le ve vendiendo flores o fumando puros en busca de una foto, claro, previo pago.

Mujeres ataviadas a la antigua usanza "colonial"
Mujeres ataviadas a la antigua usanza «colonial»

Uno los edificios más relevantes de esta zona es el Palacio de los Condes de Jaruco (hoy Fondo de Bienes Culturales) en uno de los laterales de la plaza (calle San Ignacio) y que ofrece exposiciones y ventas de arte y artesanía.

«Como curiosidad, en uno de los lados de la plaza puede encontrar la Cámara Oscura.  Esta torre fue donada por la ciudad de Cádiz en 2001, quién cuenta con la conocida Torre Tavira. Es el sitio perfecto para contemplar la ciudad desde otra «óptica»,  a unos 38,6 metros de altura viajamos 360º  para palpar la vida cotidiana en la ciudad, de primera mano. Solo hay en el mundo unas 54 cámaras oscuras, ésta es una de ellas. «

Dentro de la plaza también puede encontrar el bonito hotel los Frailes.  En la entrada justo se topa con una estatua de un fraile realizado en cobre, que evoca que tiempos atrás este sitio fue un antiguo monasterio. Su antiguo propietario que fue un conocido Capitán de Navío de la Armada Francesa. El hotel es el ambiente ideal para disfrutar tranquilamente en el bar  de su patio interior  rodeado de plantas, obras de arte, símbolos religiosos  y una fuente en el centro.

Patio Interior del Hotel "Los Frailes"
Patio Interior del Hotel «Los Frailes»

Saliendo ya de la Plaza Vieja nos dirigimos al Convento de Santa Clara. Fue el primer convento que se construyó en Cuba. En la actualidad es sede del Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, su función es salvaguardar el patrimonio cultural de la ciudad y además cuenta con  talleres artesanos para realizar estas labores.

Después de darnos un paseo por todo el casco histórico de la Habana Vieja, apetece hacer algo distinto, inusual. Estamos en Cuba y que mejor ocasión que acercarnos la fábrica a degustar un «traguito del ron cubano«, así que nuestros pasos van hacia a la Destilería Havana Club y el Museo del Ron, justo en el puertoEl Museo del Ron nos cuenta la historia de este aguardiente,  y al final del recorrido hay una degustación y venta.

«En el camino hacia el Museo del Ron contemplamos con cierto asombro y desconcierto, entre tanto ambiente y arquitectura colonial,  una auténtica iglesia ortodoxa rusa, la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán. Inaugurada en el año 2008, se considera  la segunda catedral ortodoxa más grande construida fuera de Rusia.«

Cerca del lugar esta el paseo más antiguo de la ciudad: La Alameda de Paula, consta de una larga explanada de preciosos álamos y el origen del nombre es porque cercano al paseo estaba el antiguo hospital de San Francisco de Paula. Al final del paseo nos encontramos con la Iglesia de Paula, que como curiosidad diremos que se conserva el órgano de iglesia original desde sus inicios.

«Siguiendo por la calle Leonor Pérez, nombre de la madre del poeta nacional y el héroe nacional de Cuba, José Martí, nos dirigimos a su casa natal, un sitio pequeño con grandes historias que contar y considerado el museo más antiguo de la Habana.

Conoceremos de primera mano las estancias de la casa, sus objetos personales, cartas y escritos así como fotos y recuerdos personales, como curiosidad se conserva el único retrato al óleo realizado en vida al poeta, pintado por el artista sueco y gran admirador, Herman Norman.»

Cuba contó con una red de ferrocarriles desde 1837, uno de los pioneros en el mundo. Para tal fin se construyó la Estación Central del Ferrocarril de la Habana, con una bonita fachada.

Fachada de la Estación de trenes, imagen cedida por S.M.
Fachada de la Estación de trenes, imagen cedida por S.M.

Cerca de la estación podemos encontrar restos de lo que fue la antigua muralla de la «Habana intramuros» era de una extensión total de 4,8 km con muros de 1,4 m de espesor y 10 m de altura.

«La muralla constaba de varias puertas de acceso, entre éstas: Puerta de La Muralla (ó Puerta de Tierra), La Punta, Monserrate, Luz o Jesús María. Con el tiempo fue demolida,  lo que hizo crecer la ciudad. Hoy en día solo quedan algunos restos que se pueden encontrar en varios sitios concretos de la ciudad, como son calle Egido y Desamparados, Empedrado y Tacón, en la zona de la Maestranza, entre otras. «

Restos de la antigua muralla de la ciudad, foto cedida por S.M.
Restos de la antigua muralla de la ciudad, foto cedida por S.M.

Después de este intenso recorrido por el casco histórico de la ciudad nos apetece descubrir que hay más allá de la bahía de la Habana, lo hemos distinguido desde la distancia y queremos comprobarlo de cerca. Nos dirigimos a coger uno las «lanchitas más conocidas» por cualquier habanero: la lanchita de Regla o  la de Casablanca. Como experiencia, muy recomendable.

Hará este corto recorrido en una lancha rodeado de cubanos que vuelven del trabajo a sus casas o al contrario, el punto de origen desde la Habana Vieja es la terminal de ferries, cerca del Museo del Ron. Al otro lado de la orilla, le esperan tres importantes sitios para conocer: la Iglesia de Regla, de El Cristo de la Habana y la Fortaleza de la Cabaña. 

En el pueblo de Regla es un pueblo pequeño donde está la famosa Virgen de Regla, virgen muy venerada sobretodo por la religión afrocubana, por eso aquí residen importantes «babalaos» (sacerdotes de ésta religión) por la cercanía de su querida Virgen. La Virgen es negra y tiene un niño blanco en brazos, está vestida de color azul por el mar y  su homóloga en la religión africana se llama Yemayá, diosa de la maternidad y del mar .

Si te diriges a Casablanca tienes que hacer un ascenso hacia el Cristo de La Habana realizado en mármol de Carrara, es una escultura monumental con un total de 20 metros, obra de la escultora cubana Jilma Madera.  La estatua está de pie con una mano en alto, como dando una bendición a toda la ciudad, y la otra mano está posada sobre su pecho. Desde éste lugar, se contempla una vista espectacular de toda la ciudad de La Habana.

«Ésta escultura calza unas chanclas en sus pies porque eran las que usaba su escultora en el momento de moldearlo. Otra anécdota es que «tres impactos directos de rayos» antes de que finalmente se le colocase un pararrayos.»

Cercano al lugar podemos encontrar La Fortaleza de San Carlos  la Cabaña (o La Cabaña), nombre dado en honor al monarca español el Rey Carlos III. Consta de dos museos, uno dedicado al Che Guevara (figura tan venerada en Cuba) , y otro,  de la historia militar en Cuba.

Entrada a la Cabaña... Ceremonia del "Cañonazo de las 9", imagen cedida por L.E.N
Entrada a la Cabaña… Ceremonia del «Cañonazo de las 9», imagen cedida por L.E.N

El momento para visitar este sitio es antes de las 9 de la noche, cuando la Cabaña se convierte en el máximo protagonista de la ciudad: se realiza diariamente la conocida «recreación histórica» del Cañonazo de las 9. Se pueden encontrar ya desde la entrada de la Fortaleza  referencias de la época, con soldados vestidos a la usanza del siglo XVIII, que luego son los que tiran las salvas.

«El cañonazo de las nueve era la manera de avisar a la ciudad para el cierre o apertura de las puertas de la muralla (a las 4:30 de la mañana y  a las 8:00 de la noche)  y  el cierre de la «cadena de cobre» que obstaculizaba la entrada al puerto. Con el tiempo, cuando fueron derribados los muros de la ciudad, se quedó la tradición de disparar el cañonazo cada día a las 9:00 de la noche, magnífico momento para todos los habaneros sincronicen sus relojes.»

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11 Comments

  1. Pingback: Patrimonio Mundial en América – MunDandy

  2. Pingback: Trilogía sucia de la Habana | Libros | Inspiración viajera

  3. Conozco ese Hotel «Los Frailes», aunque me gusta más el Nacional o el Inglaterra. Sin duda La Habana una de mis ciudades favoritas.
    Saludos viajeros, LoBo BoBo

  4. La habana es una ciudad fascinante … es un sueño para todo street-photographer ..
    Ciertamente cuando lo visité me hizo sentirme como en casa, … por el calor de sus gentes, lo parecido a España que es, … el clima, …
    No sabes las ganas que tengo de volver!

  5. Me he leído de un tirón tus dos reportajes sobre la Habana Vieja y solo puedo decirte que ardo en deseos de conocerlos todos. Tengo muchísimas ganas de viajar a Cuba. Hace años que sueño con ello. Un saludo

    • Alicia,
      Cuba es un país fantástico para viajar tanto a nivel personal (la gente es muy hospitalaria) y profesional (las fotos que sacarías allí de maravilla).
      Anímate! Te puedo dar muchos consejos o ponerte en contacto con amigos de allí.
      Un beso y gracias por tus comentarios.

  6. Qué preciosidad =) No me extraña que sean de tus lugares favoritos! Justo ahora he estado leyendo posts sobre Cuba y me están entrando ganas de ir! Muchas gracias por compartirlo desde tu punto de vista. Un saludo!

    • Gracias por tus comentarios.
      Es mi país así que lo tengo en vena. Si quieres hacer una ruta fuera de los circuitos habituales que hacen todos, te puedo dar ideas.
      Me alegro que te haya gustado porque es una ruta con lo más bonito de esta parte de la ciudad. La Habana es como un gran museo al aire libre, lo mismo te encuentras un edificio barroco, que modernista, que arte decó o una antigualla de coche del año 50 que sigue funcionando.
      Y la gente es lo mejor que tiene. Sin duda ninguna, los cubanos son hospitalarios, amables y grandes anfitriones. Anímate!

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