Este post esta dedicado a todos aquellos lugares que nos valen para nuestras vacaciones, ya sean sitios donde veranean nuestras familias, destinos que repetimos «una y otra vez» o cuando no tenemos ningún otro plan, que vamos ya sea en verano como otoño, que nos lo conocemos de memoria, que lo tenemos muy visto; y a su vez encontramos distintas cosas para ver, otros sitios para disfrutar o hacer descubrimientos … o simplemente no hacer nada.
Santa Pola es una ciudad pequeña, la típica de playa que está en la provincia de Alicante, en apenas unos 17 km de su capital. No es la mejor playa del mundo, ni el destino que aparezca en una guía como «imprescindible» … pero algo si que tiene.
Después de hacer una recopilación de unos 10 años de nuestras vidas, viendo fotos y rememorando todo lo que hemos visto, descubierto o vivido, nos apetecía hacerle un homenaje no sólo a Santa Pola, sino a todos los destinos con los que «nos une algo más que una visita».
1.- Contemplar aviones que despegan o aterrizan
Nuevo hobbie desde hace poco. Te plantas en las afueras del aeropuerto de Alicante a ver los «aviones como entran o salen». Como viven tantos alemanes, noruegos y güiris de varias nacionalidades por esta zona (en busca del sol), el movimiento de aviones esta asegurado. Al menos cada 15-20 minutos de espera.

Salidas

Llegadas
2.- Hacer rutas de senderismo
Se pueden hacer varias rutas por los alrededores de la ciudad y la provincia. No son los Pirineos ni mucho menos, pero hay algunas rutas que están bien: puedes encontrarte bunkers militares, el faro de Santa Pola …
3.- Practicar deportes
Es usual hacer deportes acuáticos como kite surf, vela, windsurf, buceo sobre todo si te vas a la isla de Tabarca (enfrente de Santa Pola). Los momentos para hacer largas caminatas por la orilla del mar también están asegurados. Hay otros «deportistas» que ponen sus cañas y esperan a ver que coge ese día. Son típicas de esa zona las «gambas de la bahía»….

Deportistas de tierra y de mar

Kite surf
4.- Ir al Mercadillo medieval o al mercadillo del pueblo
El mercadillo del pueblo es enorme, emplazado en un parking, y se hacen dos: los sábados y los lunes de cada semana. Es usual ir a «ver que se puede comprar» aunque no necesites nada. Tienen buenos precios, mucha variedad, sobre todo en zapatos (ya se sabe que la zona de Elche es famosa por sus fabricas), se vende ropa de los chinos, indumentaria playera y frutas y verduras de la «huerta de la zona».
Cada año repiten en el Castillo de la ciudad con un mercadillo medieval. Atracciones, artesanías, espacios de ocio para grandes y chicos esperan a los visitantes.
5.- Visitar la ciudad de Alicante
Es usual para nosotros ir a visitar esta linda ciudad, capital de la provincia, ver su castillo, pasear por el centro, ir a algún cine, tomarnos el kebab turco en donde siempre, pasear por su remodelado puerto deportivo y … si te quieres gastar unas «perrillas», entrar a su casino.
6.- Ver las procesiones si vas en Semana Santa
Aunque no sean las famosas procesiones de Málaga, Sevilla, Valladolid o Cuenca hay un espacio y opción para ir a estas festividades religiosas. Se realizan en el centro de la ciudad en las fechas señaladas y se lo toman muy en serio.

Procesiones de Semana Santa
7.- Hacer pruebas con la cámara de fotos
Como me gusta tirar fotos «siempre llevo conmigo mi Lumix» (que no es lo mismo que con mi «lumi») …cuando voy a cualquier sitio y créanme, Santa Pola no es menos. Tiene de todo, mar montaña, interiores, salinas, paisajes urbanos, interiores, luces y sombras ,… siempre habrá una excusa para fotografiar. Su luz es suave, intensa, brillante. ¡Y tenemos todo el tiempo del mundo para poder experimentar!

Luces

Interiores

Atardeceres
8.- Encontrar curiosidades en el viaje
Una imagen vale más que palabras. Caras vegetales, gemelos idénticos, caprichos naturales … o la mano inteligente de un niño que ha imaginado una gran batalla.

Batalla vista por un niño

Caritas vegetales
9.- Visitar las Salinas de Santa Pola
Otro clásico obligado de nuestra visita. Quién diga que las salinas de Santa Pola se ven siempre de igual manera, miente! No hay dos fotos ni parecidas de este sitio, tiene algo de mágico, sus tonalidades de blanco, esas montañitas que varían continuamente, los flamencos, la sal, las montañas de fondo.

Salinas y museo de la Sal
También puedes visitar en el recorrido su interesante Museo de la Sal
Sin dudas, es de los sitios más fotografiados por los grandes profesionales.
10.- Encontrarnos con sorpresas
Ya sean actividades puntuales, festivales, conciertos por la zona, concentraciones moteras, etc cada vez que visitas la ciudad puedes encontrarte con sorpresas como ésta. Todo puede ocurrir.

Encuentro «motero»
11.- Comerte una paella, un aperitivo
Ir a la comunidad autónoma de Valencia y no comerte una paella es para «matarte». Un paella es imprescindible, necesaria, vital. La puedes hacer en casa o encargarla. Los valencianos, alicantinos… en general, habitantes de esta zona se toman muy en serio como hacer su «mejor plato» con sus múltiples variantes: mixta de pollo-marisco, a banda, negra, etc.
También están los sitios muy clásicos restaurantes o bares donde se come «de toda la vida», ya sea para tomar los aperitivos como son las «ensaladas de bocas», las gambitas o pescados de la bahía, las paellas o tirar «de menú» con por ejemplo el bien conocido «Celestino y María». Hay más sitios que longanizas.
Y a ti, amigo viajero:
¿te ha pasado alguna vez vivir algo así con algún destino?
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