Nuestra visita al oeste americano «versión low cost» tiene como destino el Desierto de Tabernas, Almería, provincia andaluza que años atrás fue testigo directo de una «gran época de esplendor» sin antecedentes en nuestro país, como emplazamiento que sirvió de plató cinematográfico a auténticas glorias del «oeste americano» o del llamado también «espagueti western» entre los años 60 y 80s.
Hoy en día, se ha convertido es un parque temático de cine, recuerdo y añoranza de esos días de acción y persecuciones. Aunque la propuesta es interesante y curiosa, los precios de entrada, para nuestro gusto son bastante desorbitados en relación al total del recorrido, lo que se puede ver o disfrutar y las opciones de ocio o restauración. Nuestra opinión de su relación calidad/precio bastante mala…
También cuenta con una Reserva Zoológica con animales de múltiples especies diferentes y una zona de piscinas que se abre solo durante el verano, y que no fueron objeto de nuestra visita.
Un cartel a la entrada de la carretera nos indica dos cosas, hemos llegado a MiniHollywood que es como se nombra el parque temático, y a partir de aquí puede ser Ud. testigo directo -o protagonista sin quererlo- de una auténtica película del oeste. ¿Entramos?
Bienvenidos al oeste americano … en Almería
Lo primero que hay que aclarar antes de que lo visites, es que estás dentro del Desierto de Tabernas. Aunque el «clima no es tan extremo» (se nota más en verano) no debes olvidarte que es un desierto, el ambiente es muy seco, hay mucha arena o polvo y mucho calor. El paisaje del lugar es bastante agreste y casi «lunar», que no se puede caminar bajo horas por ahí sin hidratarse o resguardarse del sol … Así que sus requisitos mínimos para su visita son una gorra para el sol, un bocadillo o tentempié y una botella de agua.
Para recrear este parque temático de indios y cowboys, lo primero que hay añadir a la historia son los ingredientes principales de cualquier película de western que se precie, un poblado de indios autóctonos, con sus casas típicas y su modo de vida.
Tras pasar la entrada nos espera un fotógrafo que quiere inmortalizar nuestra presencia …(o como se diría, una foto de «auténticos guiris disfrazados de vaqueros»). El resultado al final de esta historia…
Acto seguido comenzamos el recorrido: hay muchas casas, edificios, negocios, todas recreaciones de como si se tratara de un pueblo perdido de cualquier parte del oeste americano. Ya podría ser parte de cualquier película, de las que se rodaron aquí. Todo esta vacío, expectante, en silencio … y un amasijo de señales nos indican los múltiples caminos que podemos tomar. ¿Por donde empezamos?
Si decidirnos que hacer todavía que hacer o ver, o preguntarle a alguien de por ahí … vemos un «forastero» durmiendo o que más bien se lo hacía. Siempre hay alguien que quiere resaltar … aunque sea en silencio.
Sin todavía decidir que hacer o preguntar de pronto oímos «de fondo las primeras melodías de una música bastante familiar», esos sonidos que son típicas de los auténticos «salones» de las películas … con un ingrediente conocido, unas bailarinas que hacen el famoso «Can can». Casi que fuimos empujados al local donde iba a empezar una sesión de Baile del Can Can, que dura unos 10-15 minutos y se programas a ciertas horas dentro del día.
Saloon … y baile de Can Can
El baile y el show es atractivo a la vista, las chicas hacen muchas piruetas y giros, interactúan con el público, que dan palmas al son de la rítmica música. Pero el verdadero fenómeno «fan» de estas bailarinas son los niños, quienes al final del show no quieren dejar de verlas de cerca, de contemplarlas admirados su belleza o vestimentas, o retratarse con ellas.
Después de romper el hielo ya tenemos algo claro: vamos al Museo del Cine, donde está el pasado de lo que fue este sitio. Un museo del recuerdo, donde se hace homenaje tanto a actores, directores o películas del auténtico Hollywood, y que encontraron aquí su espacio, en estos lejanos parajes de aspecto similar a l oeste de EEUU, para recrear y vivir sus historias.
Museo del Cine
Aquí descubrimos que fueron rodadas auténticos clásicos del género como fueron «La muerte tenía un precio», «El bueno, el feo y el malo» o «El halcón y la presa». Grandes actores como Clint Eastwood, directores únicos como Sergio Leone o músicos de primera talla mundial como Ennio Morricone firmaron su estela en estas historias para el cine americano.
También se hicieron los llamados «spagueti western» una versión italiana de las películas de este género. Una vuelta de tuerca de donde conocimos al gran Bud Spencer o su compañero Terence Hill haciendo de las suya en películas como «La colina de las botas».
También fue escenario de la grandes superproducciones como «Lawrence de Arabia», «Cleopatra» o «Indiana Jones y la última cruzada». Dentro del museo podemos contemplar varios objetos de originales que se conservan hoy día (proyectores, etc) y que dan una idea de los momentos tan bonitos y de esplendor que se vivieron en esos tiempos.
De vuelta al «pueblo» empezamos a recorrer cada uno de sus establecimientos de diferentes tipos, bancos, negocios, hoteles, bares, salones, iglesias, molinos, minas … para ir haciéndonos poco a poco con el lugar. Todas las recreaciones son muy fieles a como eran en realidad …y así nos los muestran.
Después del recorrido por el lugar, que nos tomó unos 20-30 minutos en total nos encontramos con forasteros o «bandidos» que nos actualizaron de las «novedades en el pueblo», en poco tiempo habrían persecuciones de bandoleros en el lugar.
Tenemos que decir que no fuimos testigos del Show del Oeste porque todavía faltaba una hora y media para tal acontecimiento … y nos moríamos de sed y calor. Sin dudas era el momento estrella de la visita, realizado por especialistas con un atraco a un banco, caídas o duelos pero desafortunadamente, las programaban cada tres horas … y eso en medio del desierto es una eternidad. Podría ser una versión triste de «un sitio que fuiste … y lo que te quedo por ver», no obstante … durante ese tiempo, hicimos amistades, de la que luego nos arrepentimos.
Haciendo amigos …
Parecía que solo había «bandidos» por doquier pero en algún lugar no muy lejano muy cerca de la barbería o barber shop se escondía «el tercer hombre», la autoridad del lugar, el temido sheriff.
Cómo sin querer nos hicimos amigos de los malos de la película fueron a por nosotros: nos vimos envueltos en una frenética persecución y cacería … No sabía yo que podían pedir tanto «por mi cabeza», unos $ 10.000 dólares…de recompensa. Vamos, la entrada para el piso.
Cuando pudimos desembarazarnos de este ultimátum «Dead or Alive», fuimos hasta las afueras del pueblo en una huida desesperada hasta llegar a un cementerio donde la solana apretaba mucho más.
El paisaje se veía cada más agreste, poco recomendable para estar mucho tiempo y se podía divisar la extensión y grandeza del desierto … sufrir aún más sus altas temperaturas … y divisar unos buitres a lo lejos. Olían a carne fresca y fue cuando los vimos entonces, las tumbas de dos forajidos célebres: James Butler y William Wallace.
El cuerpo nos pedía un sitio a la sombra ya y nos fuimos al Museo de Carros donde había una amplia muestra de carros de todo tipo de la época, carruajes diligencias, incluso uno de bomberos.
Sin tiempo a detenernos (recordar estábamos huyendo de los malos) divisamos por fin la salida del pueblo. No pude menos que dejar constancia en las quejas o sugerencias del lugar que el precio por entrar a este lugar (más de 20€) era muy caro… De fondo .. el bandolero se quedó como… de cartón piedra.
Y colorín colorado, esta película se ha terminado.
THE END
TABERNAS, EL OESTE AMERICANO © TU HOBBIE TU VIAJE
Te ayudamos a descubrir el mejor viaje que combina con tu hobbie favorito.
Pingback: Sitios singulares, cueva de yeso en Sorbas (Almería) | TU HOBBIE TU VIAJE | Blog Viajes
Pingback: 6 destinos recomendados para este otoño | TU HOBBIE TU VIAJE | Blog de Viajes